Actualizado 25/09/2016 11:09

Las 10 frases que te permitirán entender mejor el 'nadaísmo' de Gonzalo Arango

Frases de Gonzalo Arango
NOTIMÉRICA

   BOGOTÁ, 25 Sep. (Notimérica) -

   Pocas figuras han tenido tanta relevancia en el movimiento cultural colombiano como la del escritor, poeta y periodista Gonzalo Arango, considerado como el padre del 'nadaísmo', un movimiento de vanguardia que fundó en 1958, que pretendía romper con los formalismos propios de las academias de lengua.

   Con una clara base humorística y con un léxico renovado, procedente de la música y de otros elementos culturales, que recogió en el 'Primer Manifiesto Nadaísta', un texto que es reflejo de su propia división intelectual y espiritual.

   "Qué tenía. Se preguntó. Nada. Nadaísmo. Alumbró el futuro sobre la ruina. Decidió que se levantaría en rebeldía contra la horrible lascitud", recoge el manifiesto, que escribió mientras que se encontraba exiliado en la ciudad de Cali, en 1957.

   Con el fin de comprender mejor a una de las grandes figuras intelectuales iberoamericanas del siglo XX, desde Notimérica hemos recogido algunas de sus frases más célebres, que muestran parte de su espíritu, que le permitía pasar del más puro ateísmo a una profunda espiritualidad intimista.

   1. Lo único que siempre dejo para mañana es mi muerte.

   2. El corazón necesita ausencias para alimentar el deseo.

   3. ¡La vida es una sucesión de casualidades, y nada es verdad!. Sólo la muerte existe.

   4. Cada quien es la pequeña porción de destino con que nace. Ese destino hay que llevarlo hasta la muerte como una gran cruz. Lo demás es soberbia.

   5. El nadaísmo es un estado del espíritu revolucionario, y excede toda clase de previsiones y posibilidades.

   6. Me doy cuenta lo poco que me interesa la gente, y sin embargo, tengo amigos, mujeres, mi pequeña historia de hombre.

   7. Ha quedado claro que de amor no sé ni un carajo.

   8. A temprana edad conocimos el gusto de la grandeza y de la fama, y sin pedirle permiso a los oráculos nos erigimos en los profetas del mal y de la destrucción.

   9. La religión ayuda a morir, pero no a vivir, porque ella misma está viviendo de lo perecedero, del suntuoso poder corruptible.

   10. Porque no es el combate el que hace de nosotros artistas, sino el arte lo que nos obliga a ser combatientes.