Actualizado 06/02/2017 07:14

101 años sin Rubén Darío, el 'Príncipe de las Letras Castellanas'

Rubén Darío
WIKIPEDIA

   MANAGUA, 6 Feb. (Notimérica) -

   Se cumplen 101 años de la muerte del poeta nicaragüense Rubén Darío. El también periodista y diplomático conocido como el 'Príncipe de las Letras Castellanas', fue una de las figuras más reconocidas de la poesía en lengua española y el principal representante del modernismo literario.

   Nació un 18 de enero de 1867 en Ciudad Darío (Nicaragua), y fue el primer hijo del matrimonio entre Manuel García y Rosa Sarmiento. Su niñez transcurrió en la ciudad de León y fue criado por sus tíos abuelos Félix y Bernarda, debido a los problemas de su padre con el alcohol quien abandonó a su mujer antes de dar a luz a Rubén Darío.

   Fue su tía abuela Bernarda la que introdujo al poeta en el conocimiento de las primeras letras y lo enseñó a leer con tres años de edad. En su citada autobiografía, Rubén Darío recuerda que se encontró con algunos libros en un armario entre los que se hallaban La Biblia, El Quijote, Los Oficios de Cicerón, Las Mil y Una Noche, las obras de Moratín y la Corina de Madame Stäel. Todos ellos fueron una gran influencia para el escritor.

   Desde muy pequeño comenzó a escribir poesía y a los 14 años comenzó a trabajar como secretario en la Biblioteca Nacional de Managua (Nicaragua), por lo que fue apodado el "poeta-niño".

   A la edad de 15 años, se trasladó a El Salvador y posteriormente a Chile, donde poeta vivió en condiciones muy precarias y tuvo que soportar las humillaciones de la aristocracia chilena. Aunque gracias al apoyo de su amigo y poeta Pedro Balmaceda Toro y de otro amigo, Manuel Rodríguez Mendoza, logró publicar su primer libro de poemas 'Abrojos', en marzo de 1887.

   Fue en Chile también donde publicó su famosa obra 'Azul...' un año más tarde. Este libro de poemas y cuentos, es considerado como el máximo exponente del modernismo literario. Un estilo basado en la renovación del lenguaje y la métrica al que Rubén Darío estuvo muy ligado. 'Azul...', fue muy bien acogido por el novelista y crítico literario español Juan Valera, quién publicó dos cartas dirigidas al poeta en el diario madrileño 'El imparcial', las cuales consagraron la fama de Rubén Darío.

   En 1890 contrajo matrimonio en San Salvador con Rafaela Contreras y un año más tarde se instalaron en San José (Costa Rica), donde nació su primer hijo. Dos años después se marchó a Guatemala dejando abandonada a su familia en Costa Rica y luego se trasladó a su tierra natal en busca de mejor suerte.

VIAJES

   A lo largo de su vida, Rubén Darío se instaló en diferentes países de Centroamérica mientras trabajaba como periodista y escribía sus poemas. En 1892 viajó a España como miembro de la delegación diplomática de Nicaragua y en este país conoció a personalidades de la literatura española en quienes influyó y por quienes fue influido, como José Zorrilla y Emilia Pardo Bazán.

   Entre 1893 y 1896 regresó a América, concretamente a Buenos Aires. Allí publicó obras como 'Los raros', y 'Prosas profanas y otros poemas'.

   A su vuelta de nuevo a España como corresponsal de prensa, se relacionó con otros poetas, también seguidores del modernismo, como Juan Ramón Jiménez, Jacinto Benavente o Antonio Machado a quién conoció en París en 1902 y entre los cuales existía mutua admiración. Durante su etapa en España se enamoró de Francisca Sánchez, la hija del jardinero del rey Alfonso XIII, y desde entonces vivieron juntos 17 años asentándose en Madrid, París y Barcelona. De esta relación nacieron cuatro hijos, de los que sólo sobrevivió el último, Rubén Darío Sánchez, heredero universal del poeta.

   En 1903 ascendió en su carrera diplomática y fue nombrado cónsul en París. De esta época datan sus poemarios capitales 'Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros poemas' (obra editada por Juan Ramón Jiménez).

   Tras ocupar varios cargos diplomáticos en Europa, regresó a América en 1910 y se dedicó a viajar y redactar su biografía 'La vida de Rubén Darío escrita por él mismo'. Además escribió otra obra sobre su producción literaria 'La historia de mis libros'.

   Finalmente vuelve a su tierra natal, donde falleció el 6 de febrero de 1916 con 49 años, dejando tras de sí décadas de brillante literatura que perdurarán en el tiempo.