Actualizado 03/08/2017 14:37

Alemania compra y "rescata" de Brasil un avión símbolo del terrorismo

Avión
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   Fortaleza (Brasil) 3 ago (dpa/Notimérica)

   La noticia llamó la atención esta semana en Brasil: Alemania había comprado y estaba dispuesta a gastar una suma millonaria por trasladar desde el norte del país sudamericano la chatarra de un viejo avión comercial.

   El "Landshut", sin embargo, no es un avión cualquiera. La antigua aeronave de Lufthansa recuerda uno de los momentos más críticos del llamado "Otoño Alemán" de 1977, el punto álgido de los años en que la tranquila Alemania de la posguerra fue castigada por el terrorismo.

   "Para muchos alemanes y también para mí, el 'Landshut' es el símbolo del 'Otoño Alemán" de hace 40 años, de la época cuando la todavía joven República Federal se opuso al terrorismo de la RAF", explicó el ministro de Exteriores germano, Sigmar Gabriel, la operación al diario "Folha de Sao Paulo".

   "El 'Landshut' demostró que nuestra democracia y nuestra sociedad son capaces de defenderse", agregó.

   El drama del "Landshut" tuvo al mundo en vilo durante cinco días de pavor de octubre de 1997. Cuatro extremistas palestinos secuestraron entonces el avión con 91 pasajeros a bordo, que viajaba de Palma de Mallorca, en España, rumbo a Fráncfort, sobre territorio francés.

   Los atacantes actuaban en nombre de la Fracción del Ejército Rojo (RAF, por sus siglas en alemán) alemana, un grupo terrorista de extrema izquierda que fue responsable de secuestros y de decenas de asesinatos de políticos y empresarios en las décadas de 1970 y 1980. Con el secuestro del "Landshut", la RAF quería forzar la liberación de varios miembros encarcelados.

   Tras cinco días de infarto con paradas en Roma, Chipre, Dubai, Adén, en el sur de Yemen, un comando de la tropa especial germana GSG 9 asaltó finalmente el avión en Mogadiscio, la capital de Somalia, y liberó a los rehenes.

   Tres de los atacantes murieron en el operativo. El traslado de la chatarra desde el norte de Brasil buscar ahora conmemorar ese capítulo oscuro de la historia germana.

   No hay posiblemente ningún país en el mundo tan obsesionado como Alemania con recordar, como advertencia, su pasado más turbulento, una de las herencias de la mancha negra del nazismo. El destino final del "Landshut" es el Museo de Dornier en Friedrichshafen en el sur de Alemania, dedicado a la técnica y la aeronáutica.

   "Puedo imaginarme que el avión esté aquí el 18 de octubre", dijo hoy el director del museo, David Dornier. "Cuento con ello". Ese día se celebra el 40 aniversario de la liberación del "Landshut".

   El caso que movió a la opinión pública alemana hasta activar al Gobierno se destapó en febrero. Entonces se dio a conocer en Brasil que la chatarra, que se oxidaba desde hacía años en el "cementerio de aviones" del aeropuerto "Pinto Martins" de Fortaleza, sería finalmente enviada al desguace.

   El Boeing 737 ya era entonces en realidad casi una carcasa, sin asientos ni instrumentos en la cabina, y con las ruedas reventadas. Detrás tenía una larga historia de distintos dueños por todo el mundo.

   Lufthansa lo usó entre 1970 y 1985, también después del secuestro. El "Landshut" cambió luego de nombre para pasar a ser el "John Adams" en la flota de Presidential Airways en Estados Unidos. Más adelante fue convertido en un avión de carga que estuvo en manos de la extinta TAN de Honduras y de la francesa L'Aéropostale. Tras operar en Malasia e Indonesia acabó finalmente en Brasil, como propiedad de TAF Linhas Aéreas, en Fortaleza. Un grave defecto envió al Boeing finalmente el 14 de enero de 2008 al cementerio.

   El Ministerio de Exteriores alemán forzó finalmente la compra del avión justo a tiempo para evitar el desguace. Su país, contó Gabriel, desconoció durante 40 años el paradero de la aeronave.

   "Cuando descubrimos dónde estaba, para mí quedó muy claro que ese avión no pertenecía a la chatarrería, sino a Alemania", explicó.