Actualizado 04/01/2019 12:22

Antonio Azzato, el venezolano que se empeñó en sacar Las Meninas a las calles de Madrid

Antonio Azzato
CEDIDA
  

   MADRID, 22 Nov. (Notimérica)

   Era el año 2008. El venezolano Antonio Azzato estaba en el Museo del Prado de Madrid cuando vio a alguien llorar frente al cuadro de Las Meninas de Diego Velázquez. Observó a aquel visitante durante unos segundos y pensó que detrás de esa obra debía haber algo más cuando había conseguido incluso sacar las lágrimas a una persona --"que seguramente no será la única"--. Así empezó su "historia de amor" con el pintor sevillano.

   Pasó diez años estudiando su pintura, pero fundamentalmente su obra maestra, y sintió que "Velázquez estaba pidiendo a gritos que alguien hiciera algo más con el cuadro, pedía no quedarse para siempre colgado en las paredes del Prado", relata Antonio a Notimérica desde un despacho del céntrico barrio de Salamanca en Madrid. Fue así como decidió sacar Las Meninas a la calle y mostrárselas al mundo. El resultado, conocido por la práctica totalidad de los madrileños, fue crear una exposición callejera de 84 Meninas que durante dos meses y medio de este año han edcorado los lugares más emblemáticos del centro de la capital española.

   Esta es la hazaña por la que ha alcanzado reconocimiento mundial, pero su historia con el arte viene de mucho atrás. Aunque hasta el año 2003 trabajó en multinacionales --la última vez lo hizo en España, en Pepsi--, este venezolano de madre española y padre italiano supo desde niño que "dentro de mí había una fuerte faceta artística". Interesado por la fotografía desde joven, también era un apasionado de la restauración de muebles. Así, cuando en 2003 volvió a Venezuela, y tras un breve paso por la fábrica de acero familiar, fundó una empresa de venta de muebles de diseño.

   Recuerda Antonio que cuando le llegaba alguna pieza defectuosa en lugar de devolverla al proveedor él la restauraba, la reinventaba y le daba una nueva vida. Y como lo de sacar el arte a la calle le viene también de hace años, cuando terminaba con una de estas piezas la sacaba a la acera, frente a la tienda, para mostrarle a los ciudadanos su reconversión.

antonio azzato

MENINAS A LA CALLE

   Durante todos estos años nunca dejó de estudiar a Velázquez y cuando en 2016 se trasladó definitivamente a vivir a Madrid, producto de la difícil situación que atravesaba y atraviesa su país natal, se presentó en el ayuntamiento de la ciudad con una idea que le ilusionaba tanto como le asustaba. Su intención era acercar Las Meninas a los madrileños y a los visitantes, pero temía que alguien se sintiera ofendido por la idea que tenía en mente para "algo tan icónico".

   Quería moldear meninas de unos 1,80 metros de alto por 1,50 de ancho que fueran lienzos en los que pintores, cantantes y diseñadores, pero también ciudadanos de a pie y colectivos como menores o discapacitados plasmaran sus mensajes y se convirtieran en obras de arte callejeras que tiempo después se subastarían y cuyos fondos se destinarían a organizaciones sin ánimo de lucro.

   Tocó a la puerta del Palacio de Cibeles pensando que ese primer trámite sería también el más complicado y la respuesta fue la siguiente: "La alcaldesa (Manuela Carmena), casualmente, quería que Las Meninas fueran el símbolo de Madrid. Este proyecto está bendecido por Velázquez, así que adelante". Con el beneplácito del Consistorio comenzó entonces un largo periplo por empresas hasta encontrar a todos los patrocinadores que necesitaba para llevar a cabo el proyecto y una vez que los tuvo se puso manos a la obra.

   Contactó con personalidades de todo tipo. La primera en aceptar el reto de 'vestir' a una Menina fue la diseñadora de moda Ágatha Ruiz de la Prada y tras ella decenas de personajes públicos y asociaciones se sumaron. Aunque Antonio no sabría decir cuál es su favorita, puesto que "todas son hijas mías a las que parí", se queda con el mensaje en el pecho que tenía la que realizaron desde la Fundación Aladina --que destina sus fondos para tratamientos de niños y niñas con cáncer--. Bajo un fondo de dibujos que los propios niños habían pintado y que el cineasta Paco Arango había montado, un lema que Antonio se aplica a su propia vida: 'El éxito en la vida no está en vencer siempre sino en no darse por vencido nunca'.

antonio azzato

SUBASTAS

   Cuando se acercaba el final de la exposición, que "gracias a que el Ayuntamiento cedió los espacios sin cobrar nada" pudo mantenerse casi dos meses y medio, Antonio se sentía "plenamente satisfecho con el resultado". "Me emocionaba ver a niñas preguntando a sus padres qué eran esas muñecas y ver cómo ellos les explicaban que eran Las Meninas y les comenzaban a hablar de arte". "Misión cumplida", se decía a sí mismo. Y entonces llegó la hora de la subasta.

   Se organizaron dos diferentes: una online y otra en vivo. Esta segunda, en la que se llegaron a pagar 12.000 euros por la Menina que había pintado el cantante malagueño Alejandro Sánz, fue la más emocionante para el autor del proyecto. De los 303.000 euros que se recaudaron en total, dos tercios fueron para la Fundación Aladina y los otros 100.000 euros se repartieron entre otras seis organizaciones benéficas entre las que estaban, por ejemplo, Una Medicina para Venezuela, que recauda fondos para enviar medicamentos al país sudamericano, o la Fundación Créate, que fomenta el emprendimiento juvenil.

   Para Antonio, el reconocimiento ha sido incluso bueno para su país, pues, según dice, "siempre es motivador ver que hay venezolanos en el exterior haciendo algo exitoso y que algún día volveremos para hacerlo en nuestra tierra". "Quiero pensar que el arte va a ser uno de los principales pilares para la reconstrucción de Venezuela, puesto que uno de los grandes problemas es la inseguridad y hacer eventos colectivos en la calle hace que uno se sienta más seguro", afirmaba el artista durante una ponencia que ofreció esta semana también en Madrid.

   El futuro, tanto suyo como en de Las Meninas a las que ya se siente ligado de por vida, es seguir recorriendo el mundo. Además de viajar a Andalucía, tierra natal de Diego Velázquez, en 2019 una nueva oleada de estas niñas de familias nobles que entraban en palacio a servir a la reina volverán a llenar Madrid de colorido y también viajarán a Miami y a República Dominicana. El objetivo está claro: posicionar a Las Meninas como icono de Madrid en el mundo.