Actualizado 23/05/2018 11:04

Atahualpa Yupanqui, el sonido del folclore argentino

ATAHUALPA YUPANQUI
ATAHUALPA YUPANQUI - WIKIMEDIA
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   BUENOS AIRES, 23 May. (Notimérica) -

   El cantautor y compositor argentino Héctor Roberto Chavero, más conocido como 'Atahualpa Yupanqui', falleció el 23 de mayo de 1992 en la ciudad francesa de Nimes a los 83 años. Desde entonces no ha cesado el dolor por la pérdida de una de las personalidad más importantes del mundo de la música en Argentina.

   Yupanqui nació el 31 de enero de 1908 en el Campo de la Cruz, provincia de Buenos Aires. Venía de una familia mestiza, de padre mestizo quechua y madre criolla vasca. Pasó su infancia en Tucumán y es allí dónde compuso la mayor parte de su obra original, inspirado por el folclore de la zona y su idílico paisaje.

   Adoptó el nombre de 'Atahulpa Yupanqui' durante su adolescencia en honor al último emperador Inca 'Atahualpa' y al cacique supremo de los quechuas, cuyo significado era 'El hombre de los grandes méritos'. Tras la muerte de su padre en 1923, cuando contaba con tan solo 15 años, decide trabajar como artista.

   

   Recorrió todos los rincones del país y en su viaje observó la realidad del pueblo: la pobreza y la miseria que existía en las zonas rurales, donde vivían los indios y mestizos, lo que inspiró sus primeras canciones, 'Camino del Indio' y 'Nostalgia de Tucumán'. Yupanqui se convirtió en el mensajero de todos los que vivían en la miseria y en las zonas rurales.

   A diferencia de otros poetas y cantantes populares tangueros, quienes evocaban a un pueblo desarraigado y de los suburbios, Yupanqui nos hablaba de hombres y mujeres anclados a su linaje, apegados a su pueblo y que se proyectan a su descendencia. También le da una gran importancia a la naturaleza y a los animales, a los que evoca constantemente en sus letras.

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SU EXILIO Y MUERTE

   A causa de su afiliación al Partido Comunista durante la Presidencia de Juan Domingo Perón fue encarcelado en varias ocasiones, y su trabajo fue censurado.

   De ello, Atahualpa Yupanqui explicó: "En tiempos de Perón estuve varios años sin poder trabajar en la Argentina. Me acusaban de todo, hasta del crimen de la semana que viene. Desde esa olvidable época tengo el índice de la mano derecha quebrado. Una vez más pusieron sobre mi mano una máquina de escribir y luego se sentaban arriba, otros saltaban. Buscaban deshacerme la mano pero no se percataron de un detalle: me dañaron la mano derecha y yo, para tocar la guitarra, soy zurdo. Todavía hoy, a varios años de ese hecho, hay tonos como el si menor que me cuesta hacerlos. Los puedo ejecutar porque uso el oficio, la maña; pero realmente me cuestan".

   

   Así, en 1949 decidió exiliarse a Francia y tras actuar junto a la artista Edith Piaf en París el 7 de julio de 1950, firmó un contrato con 'Chant du Monde', compañía discográfica con la que grabó su primer LP, 'Minero Soy'.

   En 1952 regresó a Argentina y rompió toda relación con el Partido Comunista, facilitando su trabajo artístico en el país. Muchas de las canciones que cantó las compuso su mujer Nenette, bajo el seudónimo de Pablo del Cerro, debido al machismo que predominaba en la época. Su repertorio cuenta con más de 300 temas realizados por la pareja y otras 1.500 cantadas, donde constan milongas, zambas, chacareras, vidalas y bagualas.

   Durante la década de los 60's se dedicó a realizar una gira mundial y tras la que se instaló en Paris. Volvió solo esporádicamente a Argentina, pues no comulgaba con el Gobierno de Perón y no fue hasta la década de los 80's cuando por fin regresó a su tierra.

   En 1985 recibió el Premio Konex de Brillante como mayor figura de la historia de la música argentina. Fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y Letras por el Gobierno de Francia en 1986 y en 1989 recibió un homenaje por parte de la Universidad Nacional de Tucumán.

   

   Atahualpa Yupanqui falleció el 23 de mayo de 1992 en Nimes, cuando el argentino viajó a Francia con motivo del festival 'Cartelera 92', donde se organizaba un acto en su honor. No llegó a asistir. Su cuerpo fue repatriado, tal y como pidió antes de su muerte.