MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
La ilustradora Helena Bonastre y la escritora Catalina González han sido las encargadas de adaptar la novela 'Caperucita en Manhattan', de Carmen Martín Gaite, al cómic de la mano de la editorial Siruela. Bonastre ha asegurado que la idea de libertad que reflejaba Estados Unidos cuando la escritora publicó la obra original, ya "no existe".
"Manhattan para Sara es el símbolo de la libertad, la Estatua (de la Libertad) y sí, Nueva York en general. Es muy irónico que ahora nos encontremos con unos Estados Unidos donde esa libertad que parecía que era su emblema se está convirtiendo en una pesadilla, no existe. Durante la ilustración del libro también pensé en eso en momentos, era irónico. También pensé que seguía siendo muy vigente, hasta parecía más libre ahora", ha apuntado Bonastre en una entrevista con Europa Press.
Las autoras de la novela gráfica utilizan en esta versión fragmentos extraídos de la obra original, y rinden homenaje a las ilustraciones que Martín Gaite realizó para la primera edición del libro. Así, en el centenario de la autora, esperan que haya "voluntad editorial e institucional" para mantener su obra viva más allá de este año.
"Es una autora que no se ha olvidado, no es que estuviese ahí y nadie le hiciese caso. Ha tenido épocas que se le hacía más caso y estaba más en primera línea, otras menos (...) Ella (Martín Gaite) también habla de toda una época que si no la recordamos, nos olvidamos de nuestro pasado. Es el valor de una voz de ese momento, de un testimonio de cómo era entonces ser mujer, una mujer que buscaba un camino para intentar ser libre, porque en resumen su vida", ha apuntado González, que ha destacado la labor de la hermana de la escritora de 'Entre visillos' para proteger su obra.
En este sentido, ambas autoras han coincidido al calificar 'Caperucita en Manhattan' como una novela feminista en la que hay muchos guiños autobiográficos que han mirado con atención. Martín Gaite escribió la obra sobre la libertad en un momento en el que su hija Marta estaba enferma de SIDA, enfermedad de la que murió un año después de la publicación del libro.
"Todos tenemos muy presente su historia y en qué momento la hace, lo presente que está su hija Marta y está lleno de referencias personales de pequeñas cosas suyas, pero la obra es autónoma y autosuficiente. Hay reflexiones muy evidentes de lo que es la libertad, de lo que es educar a una niña, dejarla volar libre. Es muy generosa esa reflexión después del fallecimiento de tu hija, reafirmarse en eso y al final seguir defendiendo que hay que proteger la libertad. Es sagrada, hay que buscarla, defenderla, afrontar que puede ser peligrosa", ha explicado González.
En cuanto al desencuentro entre los directores del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, González ha apuntado a que Martín Gaite habría considerado la polémica "una distracción" de lo importante: la escritura.
"Ella se preocupaba mucho por su obra, porque llegase a todo el mundo y la escritura era muy importante para ella. Pero todo esto institucional le daba un poco de alergia. No quería saber nada. De hecho, le ofrecieron entrar en la Real Academia varias veces y lo rechazó siempre, porque lo consideraba distracciones. Entonces, creo que lo miraría desde esta perspectiva. De: 'chicos, aquí lo que importa son los libros, es la cultura, es escribir, aquí estamos por esto, no por los rifirrafes muchas veces personales que responden a unos intereses que no tienen nada que ver con lo esencial'", ha terminado la autora del cómic.