SAN SEBASTIÁN 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
El diseñador Javier Mariscal se ha reencontrado más de diez años después con Fernando Trueba para codirigir 'Dispararon al pianista', una película de animación que repasa la historia de Francisco Tenório Júnior, un joven y virtuoso pianista brasileño que desapareció misteriosamente en Argentina en 1976.
"Fernando es una persona muy culta y es una de esas personas que merecen la pena. Ante todo es un amigo, aunque como se dice ahora, es un brother para toda la vida", ha elogiado Javier Mariscal en una entrevista con Europa Press.
El Festival de San Sebastián acoge este sábado la rueda de prensa de 'Dispararon al pianista', sobre la que ambos protagonistas recogieron más de 150 horas de documentación, y que surgió a raíz de una investigación propia. "Fernando estaba escuchando un disco que sonaba muy bien de un pianista que no conocía y era raro porque él se conoce a todo el mundo de la música jazz y ahí descubrió que Tenório Junior había fallecido muy joven", ha desvelado.
La cinta de animación se basa en las entrevistas que durante casi cinco años Trueba y Mariscal realizaron al entorno del pianista. "Todas las entrevistas son gente que está hablando y que se nota su veracidad en el discurso. Por eso decidimos hacer una película de dibujos manteniendo las conversaciones".
La primera vez que Trueba y Mariscal trabajaron juntos fue en 'Chico y Rita', con la que consiguieron alzarse en 2010 con el Goya a mejor película de animación.
Por otro lado, el diseñador se ha referido a la situación actual de la animación en España, y ha criticado que siga estando "arrinconada" al asociarse con los menores. "La animación sirve para contar historias que pueden ser muy potentes para el sistema tradicional de rodajes con actores", ha explicado.
"La animación es un género muy potente pero todavía está arrinconado. Tanto en los cómics como en dibujos animados están saliendo cosas muy interesantes porque hay mucha más libertad y experimentación", ha destacado.
En este sentido, añade que el dibujo posee un lenguaje más simbólico que las propias palabras. "Al ser todo dibujado, muchas veces son movimientos más conceptuales, poéticos, magos. El espectador en una película de animación se sumerge en una especie de sueño", ha apuntado.