Actualizado 12/09/2018 10:31

Bunbury, maestro kung-fu del sonido

Bunbury
NOELIA MURILLO
  

   El artista español, que recorrerá parte de Latinoamérica el próximo año, presentó en Madrid su último trabajo 'Expectativas'

   MADRID, 9 Dic. (Notimérica)

   Como si de una sesión de este arte marcial chino se tratara, Enrique Bunbury (Zaragoza, España, 1967) se sube al escenario con el mismo fervor de uno de estos movimientos y con la elegancia de quien ya los tiene aprendidos y los reúne a todos en un simple gesto.

   El concierto de este sábado en el WiZink Center de Madrid era el cuarto del Ex-Tour 17-18 con el que ha empezado a dar a conocer el sonido en directo de su último disco, 'Expectativas', en el que se incluyen algunos temas como 'Cuna de Caín' --cuyo videoclip está protagonizado por los argentinos Lombard Twins--, 'Parecemos tontos' y la inconfundible 'La actitud correcta'.

   Si la primera escucha de este largo de 11 cortes, el directo no hace sino sumar puntos a la puesta en escena del 'aragonés errante". Lejos quedan las parafernalias de los shows de 'Pequeño cabaret ambulante' y las catrinas mexicanas de 'Licenciado Cantinas', que han dado paso a una sobria puesta en escena marcada por una X de color rojo.

   La propia presencia del artista, acompañado por sus inseparables Santos Inocentes, es suficiente para disfrutar de un gran repertorio de canciones de amor, sufrimiento, desgaste y crítica. Para abrir el show, tiraron de apertura del álbum con 'La ceremonia de la confusión', 'La actitud correcta' y 'Cuna de Caín', con las que fue caldeando el frío Palacio de los Deportes que, a pesar de ser puente, permaneció abarrotado de gente en pista, con alrededor de 10.000 almas melómanas ansiosas del buen gusto.

   Con traje blanco, gafas de sol y esos movimientos de kung-fu que siempre le han caracterizado, se deslizó entre los temas de este último álbum y otros que no necesitan calentamiento vocal para ser cantados y coreados a viva voz, algunos de ellos de su anterior trabajo como 'Despierta' y 'Más alto que nosotros solo el cielo'.

bunbury

   Otros cortes más añejos que han sabido envejecer y que serán perennes en los directos del 'maestro Bunbury' como algunos de los asistentes coreaban en los tímidos y casi imperceptibles espacios vacíos durante el espectáculo que duró alrededor de dos horas.

   El goce del grito en 'El hombre delgado que no flaqueará jamás' fue el mejor aliado para dar por empezado una especie de ciclo Héroes del silencio, ya que el incombustible Bunbury hizo todo lo posible por rescatar con un toque melódico propio temas de la banda que lideró durante los años 80 y 90.

   En este apartado del repertorio se pudo notar cómo el vocalista enturbió su tono de voz, más áspero y furioso, necesario para poner en situación a los oyentes en las historias de 'Mar adentro', 'Héroe de leyenda', 'El mar no cesa' y la esperadísima 'Maldito duende', que rebajó el ritmo del tema incluido en célebre 'Senderos de traición', conjugando de forma perfecta ese sabor del recuerdo y misticismo que representa su admirado trabajo melódico.

   Para los bises, Bunbury apareció con un sombrero y un lazo rojo al cuello, retrocediendo de nuevo sobre sus pasos en las etapas más latinoamericanas de su discografía. 'Que tengas suertecita', 'El extranjero' e 'Infinito' supieron a mar, arena y amor, mezcla perfecta para despegar sin frenos al espacio en la astronómica 'Lady Blue', con la que en algún momento de su historia el músico quiso reverenciar a su ídolo, David Bowie, allá por el año 2002, en el singular 'Flamingos'.

   Después de este revoloteo de memorias y con el permiso de los presentes ("ya es tarde, algunos de vosotros trabajáis mañana, tendréis que ir a la escuela...", comentaba), Bunbury cerró su espectáculo con la sosegada 'La Constante' --una de los pocos temas de reposo del 'setlist', junto con 'De todo el mundo' y alguna que otra más--, ese último corte de 'Expectativas' en el que reza "Si algo no sale bien, serás mi constante".

   Y es que nadie como él sabe que, de no haber apoyo físico, las canciones funcionan como pequeños empujones de realidad y valentía. Sus canciones, las de todos. Buen viaje por Latinoamérica, amigo, esperaremos a la vuelta un fin de gira tan revolucionario como se merece.

bunbury