MADRID, 17 Feb. (Notimérica) -
Con una tradición de más de un siglo de existencia, el Carnaval de Mazatlán, cuyo origen se remonta a 1827, es la festividad popular más grande del Pacífico mexicano y además de la diversión que desencadena, ofrece múltiples actividades artísticas y culturales.
La historia del que es considerado el tercer carnaval más importante de América Latina, después del de Nueva Orleans y el de Río de Janeiro, comienza con la fundación del puerto de Mazatlán, en el que en 1827 se realizó un banquete, mascarada y comparsa, en el que participaron los soldados que vigilaban el puerto.
Esta celebración fue, paradójicamente, un acto de protesta de "la tropa para exigir el pago de sus salarios", aunque degeneró en tal fiesta, según la descripción que el comandante Muñoz hizo al jefe de la oficina de Hacienda, aseguró el cronista oficial de Mazatlán, Enrique Vega Ayala, en una entrevista para Notimex.
En sus inicios, el carnaval se celebraba bajo la modalidad conocida como 'De la harina' o 'Francesa', donde la gente, vestida con túnicas, se divertía rompiéndose cáscaras de huevo llenos de harina o colorantes.
Sin embargo, a partir de 1898, se consideraba que ese tipo de diversión era insalubre y poco civilizada por lo que se decidió sustituir los huevos por la modalidad italiana, con confeti y serpentinas. Es así como hoy el carnaval consiste en convertir el puerto mazatleco en una gran pista de baile, cinco días antes del primer miércoles de ceniza.
Según el cronista, otra novedad fue incorporar un concurso de carros adornados con personas disfrazadas que buscaban obtener los premios del Carnaval.
Anteriormente, las fiestas eran presididas por un rey, quien se encargaba de dar un discurso satírico sobre las novedades del pueblo. "Durante varios años el rey fue una figura de gran importancia para el Carnaval. Sin embargo, con la llegada de las mujeres como acompañantes en 1990, lo sustituirían para pasar de tener una participación secundaria a convertirse en lo primordial para la festividad", expuso Ayala.
Este cambio de poderes fue posible gracias a la inclusión de una de las instituciones que desde siempre ha sido de las más fuertes de México: la familia.
"Cuando las mujeres comienzan por competir para ser la reina surgen los certámenes de belleza, que involucran a todo el pueblo y dejan al rey a un lado", comentó.
LAS REINAS DEL CARNAVAL
Así, la primera reina del Carnaval fue Winnie Farmer, una estadounidense de 17 años que llegó al puerto para desfilar sobre un tranvía tirado por mulas.
Aunque se desconoce el número exacto de chicas que han desfilado a la largo de la historia, figuran los nombres de Julieta González (reina en 1929), Isabel Coppel (1940), Anita Osuna (1949), Yolanda de Rueda Alatorre (1975), Laila Rodríguez Bosch (1986), Lissy María Bernal Osuna (1995), Pamela Farriols López (2000), Astrid Macías (2010) y Rocío Uribe, reina de este 2015.
Según Ayala, muchas de estas chicas, después de ser reinas, se dedicaron al hogar. No obstante, otras pocas participaron en concursos de belleza a nivel estatal y nacional. "También hubo quienes se convirtieron en líderes sociales, como Libia Zuleyma López, quien fue candidata a presidenta municipal", apuntó.
Respecto a los cambios que ha sufrido el carnaval a lo largo de la historia, dijo que las reinas no han alterado el carácter original de esta fiesta popular.
"Los desfiles del carnaval abarcan los 22 kilómetros del puerto, donde circula una procesión de carros alegóricos y comparsas ofreciendo un espectáculo sin igual", mencionó.
MÚSICA DE BANDA Y FIESTA EN LAS CALLES
El Carnaval de Mazatlán es característico por su música de banda. Además cuenta con un programa cultural compuesto por lecturas de poesía, entrega de premios literarios y espectáculos escénicos de alta calidad.
Los días del Carnaval son de recreo, sus noches de juerga y sobre las principales avenidas del puerto, turistas nacionales y extranjeros bailan, sacan fotos y disfrutan de la gastronomía regional, que destaca por sus platos de camarones y pescado fresco.
Desde 1898, la fiesta ha variado cada año su temática, creando factores propios que lo han definido como la fiesta oficial del puerto. Este 2015 está dedicado a la leyenda de 'Momo', Dios de los escritores y poetas de la mitología griega, un espíritu de inculpación malintencionada y crítica injusta.