Actualizado 06/01/2015 10:57

Un contenedor especial protegerá el Manto de San Miguel Zinacantepec

Manto de San Miguel Zinacantepec,
Foto: INAH

MÉXICO DF, 6 Ene. (Notimérica) -

   Un contenedor especial protegerá de la luz, el polvo y el fuego el Manto de San Miguel Zinacantepec, tapiz de arte plumario recién restaurado  que se guarda en el Museo Nacional del Virreinato.

   La pieza, elaborada en el siglo XVIII con la técnica prehispánica de la pluma hilada y torcida, fue intervenida durante un año y medio por la tesista Mariana Almaraz, asesorada por los profesores del Seminario Taller de Conservación y Restauración de Textiles de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

   El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explicó que la intervención de la pieza concluyó la última parte del año pasado, con el embalaje de la obra en un contenedor elaborado con madera de maple, aluminio y un vidrio que le permite al público admirar la calidad de la obra.

   El vidrio con el que se realizó este contenedor especial fue donado por una empresa estadounidense dedicada la museografía. Éste evitará que las fibras se degraden con facilidad y que los colores permanezcan, a la vez que permitirá al espectador observar a detalle la pieza.

   La responsable del Seminario Taller de Restauración de Textiles de la ENCRyM, Lorena Román, señaló que la caja no estará sellada, pues la pieza necesita un intercambio con el medio ambiente, por ello tendrá entrada de aire controlado y constante.

   Detalló que el contenedor "está diseñado con una abertura que permitirá su revisión periódica, sin su manipulación directa, ya que el Manto de San Miguel Zinacantepec estará colocado sobre una placa de policarbonato y ésta, a su vez, sobre una charola que se moverá sobre rieles cuando sea necesario".

   La intervención de la pieza consistió en retirar la crepelina que tenía en la parte superior del manto para protegerlo. Se hizo una microaspiración para eliminar el polvo, se fijaron algunos hilos sueltos que distorsionaban la lectura.

   También al reverso se le colocó un forro como una especie de interface para poder apreciar la apariencia afelpada de las plumas tejidas y al mismo tiempo impedirá que el textil toque la placa de policarbonato sobre la cual descansa.

   La restauradora Mariana Almaraz mencionó que el manto está tejido en tres lienzos de algodón unidos verticalmente, con la técnica de pluma hilada que se menciona en los códices, y era usado sólo por los nobles en la época prehispánica.

   Comentó que los motivos decorativos fueron elaborados con la técnica de appliqué a la superficie del manto con pluma torcida teñida con colorantes naturales como el azul añil, rojo de grana cochinilla y amarillo de zacatlaxcalli.

   El Manto de Zinacantepec es uno de los cinco tesoros del arte plumario de la época virreinal, los otros son el huipil atribuido a la Malinche, un paño novohispano, un fragmento de un manto de Zinacantepec y el Tlamachayatl, que se encuentra en Roma.

   La pieza estuvo en el templo de Zinacantepec, Valle de Toluca, hasta 1940, cuando la comunidad decidió donarlo al Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía. En 1964 fue trasladado al Museo Nacional del Virreinato, donde permanecía en exhibición.

   De acuerdo con la especialista, con el armado del contenedor, que servirá como sitio de almacenaje, traslado y exhibición, termina su intervención y la pieza volverá al Museo Nacional del Virreinato, donde recomendó deberá exhibirse un año y guardarse cinco, o bien tres meses y resguardarse un año.