Actualizado 09/04/2015 12:56

La historia de la abuela que dejó "huella" en el Papa Francisco

Rosa de los dos mundos, la historia de la abuela del Papa Francisco
Foto: TWITTER @PALABRAES

MADRID, 9 Abr. (Notimérica/EP) -

   La periodista Lucia Capuzzi descubre en el libro 'Rosa de los dos mundos. La historia de la abuela del Papa Francisco' (Palabra), la vida y creencias de la abuela que dejó "una profunda huella humana y religiosa" en el Pontífice, algo que el propio Bergoglio aseguró en una carta dirigida al alcalde y párroco de Piana Crixia, el pueblo de su abuela.

   La historia de Rosa Vassallo, una mujer "menuda e inteligente" al tiempo que "luchadora", según describe la autora, puede ayudar a "comprender mejor a ese nuevo Francisco, aterrizado sorprendentemente en el trono pontificio en un momento tan delicado".

   Capuzzi busca en el árbol cronológico de Jorge Mario Bergoglio para adentrarse en la vida de sus bisabuelos, abuelos y padres, centrándose en la abuela Rosa, a la que Francisco se ha referido en varias ocasiones desde que es Pontífice, la primera de ellas, a los pocos días de ser elegido cuando dijo: "Mi abuela nos decía: el sudario no tiene bolsillos".

   Para recomponer la historia de los antepasados de Bergoglio, Capuzzi recopila testimonios de familiares del Papa, algunos de ellos residentes en Italia, donde vivieron su padre, sus abuelos y bisabuelos.


   Precisamente, estos familiares italianos del Pontífice ni siquiera sabían que estaban emparentados con Francisco porque al emigrar parte de la familia a Argentina las comunicaciones entre un lado y otro del Atlántico se hicieron más difíciles.

   Por ello, cuando el 13 de marzo de 2013 la sobrina de Rosa, Dina, escuchó pronunciar en algún momento el apellido Vasallo pensó que se trataría de una equivocación. Sin embargo, un mes después recibieron una llamada del ayuntamiento de Piana y descubrieron que Dina era la tía del Papa.

   Al ahondar en las costumbres de los antepasados de Bergoglio se descubre de dónde pueden venir algunos gestos del Pontífice. Así, por ejemplo, la autora relata que el hermano de Rosa, Nando, "pasaba mucho tiempo asistiendo a los moribundos" y "cuando alguien llamaba a su puerta para pedir ayuda, nunca le despedía con las manos vacías".

   Asimismo, en el ámbito político, de los testimonios se desprende la aversión de los Vasallo por la dictadura fascista en Italia, concretamente de Nando que, en ambientes privados decía: "¡Abajo Benito!". Según la única hermana viva del Papa Francisco, Elena Bergoglio, Rosa Vassallo compartía esa opinión "rebelde" de su hermano.

   La hermana del Papa cuenta que su abuela Rosa "era una luchadora, una mujer apasionada y muy valiente" a la que los niños consideraban "casi una heroína". Además, recuerda que pronunció muchas conferencias como miembro de Acción Católica y a veces contaba que durante esos encuentros se ponía en pie para condenar el fascismo.

   Esto lo confirma el Papa en un texto de 1990 publicado en 'L'Osservatore Romano' en el que dice que parece que su abuela "dijo cosas que no les gustaban a los políticos de entonces". De hecho cuenta que en una ocasión le cerraron la sala donde iba a hablar y lo hizo en la calle subida a una mesa".

INTELIGENTE Y PREOCUPADA POR LA JUSTICIA

   Rosa Vassallo nace en 1889 en la localidad italiana de Piana Crixia. Hija de una familia campesina, destaca como estudiante y sus padres la envían a estudiar a Turín donde vive con su tía Rosa. Sin embargo, los pocos medios de los Ricca no le permiten seguir con sus estudios y elige el oficio de costurera, un contexto en el que descubrió su pasión por la justicia --aunque no hay evidencia de que participara en las huelgas por unas mejores condiciones de trabajo--.

   La abuela del Papa también se encontró con las diferencias de clases y con el sufrimiento de muchas personas que vivían hacinadas y eran explotadas y el descubrimiento del dolor en el otro "se convirtió en su encuentro personal con Dios", según cuenta Capuzzi.

   Precisamente, el punto de partida del viaje espiritual de Rosa fue la Iglesia de Santa Teresa de Turín, construida por un carmelita, donde se casó con Giovanni a los 23 años.


   No obstante, el libro desvela que la vida de Rosa no fue sencilla y tras dar a luz a su primer hijo, Mario --el padre del Papa--, Rosa tuvo seis partos desafortunados.

   El hijo de Rosa resultó ser como su madre un estudiante sobresaliente que se convierte en contable y entra a trabajar en la filial del Banco de Italia en la localidad italiana de Asti. Años más tarde, enviaría a su hijo Jorge Mario, el futuro Papa, a trabajar un verano a una fábrica de calcetines, la misma donde él se ocupaba de la contabilidad, y a un laboratorio farmacéutico.