Actualizado 29/11/2018 14:34

Juan y José Zapata son Danielz, el dúo colombiano que aspira a triunfar con reguetón respetuoso

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   MADRID, 8 Oct. (Notimérica)

   Los padres de Juan y José eran misioneros. Trabajaron durante décadas en la amazonía colombiana liberando esclavos que se dedicaban a cortar coca, liberando a secuestrados por la guerrilla y construyendo casas para las personas más pobres en el país con más desplazados internos del mundo. Cuando sus hijos crecieron pensaron que era el momento de dejar de ponerse tanto en riesgo, aunque siempre siguieron ligados al ámbito social y humanitario. El padre de Juan y José desarrolló durante años proyectos de ayuda humanitaria para diferentes países de Iberoamérica.

   Por el trabajo de sus padres comenzaron a viajar con mucha frecuencia y fue en esos viajes cuando los hermanos comenzaron a tirar de la música como refugio para suplir la falta de apego a un sitio concreto. Hoy tienen 25 y 21 años y entre los dos tocan la guitarra, el piano, el bajo, la batería y el saxo. Y también son cantantes y compositores. Juntos forman Danielz, un grupo con el que esperan hacer música "que suene comercial pero que sea respetuosa con las mujeres", tal y como relatan a Notimérica durante una parada que hacen en el estudio que tienen montado en el sótano de su casa madrileña.

   La conciencia que sus padres les transmitieron frente a los problemas sociales hizo que poco antes de que Juan empezara la universidad, y coincidiendo con la batalla de Alepo --una de las más sangrientas de la guerra de Siria--, decidieran viajar a la frontera del país asiático con Turquía. Allí trabajaron durante dos meses en el campo de refugiados de Gaziantep, al que llevaron su música en forma de terapia para quienes habían huido de las bombas. Tuvieron que marcharse porque el lugar era peligroso y porque psicológicamente la organización con la que fueron les prohibió estar más tiempo.

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   Tras aquella experiencia decidieron que desde ese momento querían ligar sus dos pasiones y se inscribieron, ya viviendo en España, en un coro gospel que destina todos sus fondos a proyectos sin ánimo de lucro. Con el coro cantan en prisiones o recaudan fondos para pozos de agua en Liberia. Además, como Danielz, llevan dos años yendo a colegios y dando talleres a los jóvenes de entre 13 y 16 años. "Horrorizados" por las letras que escuchaban los adolescentes, sintieron la necesidad de mostrarles que pueden escuchar "música bailable" pero que no falte el respeto a nadie. "Intentamos que los chavales no escuchen tanta basura y que no se conviertan en eso", dice Juan. También aprovechan para contar sus experiencias y hablar de lo que implica hacerse adulto.

OPORTUNIDADES

   Puede ser que como Danielz, nombre que eligieron porque tiene un importante trasfondo familiar, todavía no les hayan llegado demasiadas oportunidades, pero su carrera en el mundo de la música parece ir disparada. Como compositor que es, a Juan le reclamó una discográfica hace unos meses para idear todas las letras que cantará un personaje infantil virtual que están creando. Una nueva apuesta de la empresa distribuidora de música de la que por el momento no puede adelantar mucho más.

   Y José, como productor, y aunque tampoco quiere desvelar nombres, graba y edita los vídeos de algunos de los 'influencers' más reconocidos del panorama español. "Mi hermano tiene una mano mágica, una firma especial", presume el orgulloso hermano mayor.

   Pese a todo ambos se muestran cautos, afrontando todos los nuevos proyectos que el mundo musical les está brindando "con respeto y humildad". Y con esas dos cualidades, aseguran que no hacen nada "fuera de lo común", pero que han tenido mucha suerte. Una suerte que, dicen, tiene muy poco que ver con ellos. "El éxito tiene mucho que ver con tu pasado y tu trasfondo, y nosotros hemos crecido con unos padres que nos han inculcado los mejores valores", afirma Juan.

LA IMPORTANCIA DE LAS LETRAS

   Con esos valores se presentan siempre. Su madre es su filtro. Si ella no se siente cómoda con una sola frase de sus canciones, "se tira a la basura". Hace casi dos años sacaron su primer tema propio, 'Como las demás', y una vez terminado no se sintieron todo lo representados con él como esperaban. Les pudieron las prisas por hacer algo con lo que entrar en la rueda del mercado actual. Videoclip con Lamborghini y chica guapa para salir del paso del que no están nada orgullosos.

   Tras eso, tardaron más de un año en sacar su segundo sencillo. 'Pal frente', en cambio, sí sienten que les representa. Suena fresco, latino como son ellos, pero con una letra "excesivamente cuidada". Reguetón con toques de salsa, bachata, merengue o jazz. Dicen que no pretenden ser Beethoven y que no se consideran grandes genios musicales, pero que "la música latina está muy saturada y hay que dar con la tecla de hacer algo que suene diferente". Con esa premisa se plantean lanzar su primer álbum completo, aunque quieren cocinarlo a fuego lento para que las prisas no les vuelvan a pasar una mala jugada.

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   Al preguntarles cómo se imaginan a sí mismos dentro de veinte años, bromean con tener un avión privado, pero en realidad lo tienen muy claro para su corta edad. "Nos imaginamos libres, libres para viajar por el mundo habiendo alcanzado éxito comercial con letras que tengan un fondo importante y que no solo se vendan bien", aseguran.

   No les importa tardar un año en publicar un solo tema. Son jóvenes y saben que mientras se forjan su lugar como dueto ambos tienen otros proyectos que les mantienen dentro de la industria. Lo importante, remarcan, es crear conciencia. Que nadie se ofenda. Que la música sirva para sanar y disfrutar sin incitar al odio.