Actualizado 28/06/2017 09:55

Masacre de Aguas Blancas, 22 años sin justicia en Atoyac (México)

Familiares de los asesinados en Aguas Blancas
Familiares de los asesinados en Aguas Blancas - REUTERS / HENRY ROMERO

   CIUDAD DE MÉXICO, 28 Jun. (Notimérica) -

   La Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) llevaba tiempo exigiendo a las autoridades mexicanas mejoras en las escuelas, acceso a agua potable, electricidad... Tras la desaparición de un militante y cansados de que sus peticiones no fueran atendidas, convocaron una manifestación el 28 de junio de 1995.

   Más de 400 policías les tendieron una emboscada, siendo asesinadas 17 personas y 21 heridas. Los campesinos solo se pudieron defender con carteles y azadas, pero las autoridades alteró la escena para crearse una coartada.

   La Masacre de Aguas Blancas no sorprendió a nadie, pues la violencia en el sur de México estaba instalada desde hacía muchos años. La Matanza de Atoyac, ocurrida en la misma localidad pero 28 años antes y la reacción de los labriegos, creando una organización guerrillera para autodefenderse, constituyeron el eje de la revolución del sur.

   La OCSS, creada en 1994 en una zona eminentemente agraria, era una institución de suma importancia. Aglutinaba a la mayoría de labriegos, que no solamente pedían mejoran para el campo, sino también para toda la localidad.

   En plena década de 1990, los habitantes de Atoyac de Álvarez tenían que recorrer varios kilómetros para encontrar agua potable, carecían de luz eléctrica y no tenían hospitales cerca. Tras diversos mítines políticos sin repercusión y el supuesto secuestro de un militante, los campesinos se lanzaron a las calles el 28 de junio de 1995.

   La manifestación fue ampliamente seguida, acudiendo personas de localidades cercanas. Cuando se encontraban cerca del río Las Hamacas, a 3 kilómetros de Atoyac, fueron sorprendidos por varias decenas de policías. Los supervivientes relatan que les tiroteaban indiscriminadamente, remataban con tiros en la cabeza a los heridos y trasladando los cadáveres, les colocaban armas en las manos para alegar que habían actuado en legítima defensa.

   El suceso de Aguas Blancas nunca fue investigado. Diez policías fueron acusados de homicidio, pero todos fueron absueltos. Las autoridades se reunieron con las familias de los 17 muertos y los 21 heridos, ofreciéndoles dinero si se callaban. Rubén Figueroa Alcorcer, gobernador del Estado de Guerrero y máximo responsable de la masacre, intentó ocultar el hecho a los medios de comunicación.

   No fue hasta un año después cuando un vídeo saltó a la primera plana de los periódicos. Durante 40 minutos se podía observar como 400 policías acribillaban a los manifestantes, moviendo y humillando a los muertos. Justo 22 años después, cientos de personas siguen saliendo a la calle en recuerdo de aquellos asesinatos al grito de "¡28 de junio no se olvida, es de lucha combativa!"