CIUDAD DE GUATEMALA, 1 Oct. (Notimérica) -
"No sé explicar lo que sentí", declaró una rescatista ante la tragedia de El Cambray II. El 1 de octubre de 2015, el diluvio dejó paso a los gritos y a la desesperación. Un alud cayó sobre esta colonia gutemalteca, sepultando a 350 personas en la perpetua oscuridad.
La época de lluvias de 2015 dejó a América Central al borde del colapso. Según el Gobierno de Guatemala, el 72 por ciento de su territorio estuvo en riesgo muy alto de inundaciones, derrumbes y deslizamientos.
La temporada se saldó con casi 700.000 afectados, sin embargo, hasta principios de octubre, los muertos y desaparecidos se contaban con los dedos de una mano.
El municipio de Santa Catarina de Pinula estaba en alerta. El caudal del río Pinula se había incrementado considerablemente, aunque todavía las autoridades no habían alertado a los vecinos para su evacuación.
Los habitantes de El Cambray II tenían miedo debido a la ubicación de sus casas, situadas en medio de una ladera. El 1 de octubre se fueron a dormir esperando que simplemente fuera un día de lluvia más. Sin embargo, para ellos, la noche se hizo eterna.
LA MITAD DE LA POBLACIÓN ENTERRADA
Un ruido ensordecedor les sacó del sueño, seguido de un violento deslizamiento. La tierra se estaba desprendiendo bajo sus pies y, en pocos segundos, el alud enterraría para siempre a 350 de las 736 personas que allí vivían.
Pese a que los primeros informes reportaron solo nueve muertos y 100 desaparecidos, la luz del amanecer hizo subir esas cifras. La mitad de la colonia estaba soterrada y el gobierno la declaró zona inhabitable.
Bomberos, socorristas, vecinos y voluntarios estuvieron buscando supervivientes durante dos semanas. Al grito de: "¡somos un grupo de rescate, si hay alguien que haga bulla o que grite!" Pocas personas respondían. De los túneles cavados no salían más que cadáveres de ancianos, hombres, mujeres y niños.
A los supervivientes, siempre y cuando fueran nacionalizados guatemaltecos y no estuvieran arrendados, se les ofreció una compensación económica, así como el traslado a otra vivienda de forma gratuita.
SIN RESPONSABLES PENALES
Hoy hace dos años de la tragedia y todavía las responsabilidades no se han depurado. Los vecinos alegan que nunca se les informó del peligro, mientras que el alcalde de la localidad, que no estaba allí en el momento del siniestro, está en paradero desconocido. Además, el Gobierno rechazó toda ayuda internacional.
Pese a las secuelas psicológicas de supervivientes y voluntarios, este año volverán a El Cambray II. Flores, oraciones y lágrimas rendirán homenaje a los 280 muertos y 70 desaparecidos de la tragedia acaecida hace dos años.
Actualmente, desde el programa 'Mi querida familia' se está intentando reconstruir la zona.