BUENOS AIRES, 3 Jun. (Notimérica) -
Competir con la pelota industrial es casi misión imposible, pero los sueños tampoco son fáciles de llevar a cabo. Al son de una polvorienta radio y enormes paredes de ladrillo viejo, la fábrica 'Dale Más' acoge diariamente a expertos trabajadores que llevan fabricando toda su vida de forma artesanal lo que se considera uno de los mejores esféricos en Argentina. Visitar este lugar es como viajar en el tiempo.
Esta marca de pelotas de fútbol tiene su origen en la provincia de Córdoba, en el centro del país iberoamericano. "La calidad de una pelota está en su interior", explica el dueño y presidente de la empresa, Fernando Fuglini.
Este veterano en el sector se muestra muy orgulloso de lo que es capaz de hacer con sus propias manos y de cómo es imposible romper el forrado interior del balón hecho de un látex de doble enmallado. Lo triste es que esta forma 90 por ciento artesanal ha sido remplazada a nivel mundial por una más eficiente y barata: Una pelota termo sellada que se desarrolla, según Fuglini, en "consultorios médicos" en el sudeste asiático. Este tipo de balones son los que hoy se ponen en los pies de Messi y Ronaldo.
Aunque la línea a seguir la impuso esta industria de Bell Ville en la que desde 1931 decidieron darle un nuevo toque al viejo balón de fútbol y le incorporaron una válvula y costuras invisibles. No en vano se conoce este pueblo como la "capital mundial de la pelota".
Las pelotas 'Dale Más' han pasado por los pies de Maradona, Kempes e incluso Messi. Para conseguir este récord los costureros han trabajado mucho, incluso algunos no saben hacer otra cosa. Para ellos la fábrica es como su casa. Hasta que un fatídico día, en 1995, un incendio arrasó con todo. Pero este incidente no frenó las ganas y la ilusión de los veteranos. La empresa "resucitó" y en 2005 fue reconocida por el Libro Guinness World Records por tener la colección de pelotas más grande del mundo.
Por su parte, el jefe de la empresa asegura que "estamos asustados" y que esperan más protección por parte del Estado. "Es imposible que compitamos con una pelota que cuesta 70 pesos a precio de puerto y es traída del sudeste asiático", añade Fuglini.
UN DILEMA
Fuglini ha visitado Pakistán y China y conoce cómo se trabaja allí: Salarios muy bajos en jornadas de trabajo en las que se debe olvidar el reloj y con la última tecnología.
Las pelotas 'Dale Más' buscan vender en un mercado de calidad, en divisiones inferiores del fútbol argentino, aunque incluso eso les está costando por la "importación de manera indiscriminada que se está dando", corrobora el trabajador.
El dilema se sitúa principalmente en "ajustar con perjudicados o gastar con inflación", tal y como apunta el economista Héctor Rubini, de la Universidad del Salvador, Buenos Aires.
Parece ser que "alguien, sí o sí, va a tener que perder", apunta el experto. Y ese alguien podría ser quien esté fabricando pelotas en Bell Ville. Queda esperar para ver si este sector repunta y vuelve a ser un negocio tan "redondo" como sus balones.