Publicado 08/09/2016 09:29

La trágica historia de la indomable Teresa Wilms Montt

La trágica historia de la indomable Teresa Wilms
WIKIMEDIA

   SANTIAGO, 8 Sep. (Notimérica) -

"Soy Teresa Wilms Montt y aunque nací cien años antes que tú, mi vida no fue tan distinta a la tuya. Yo también tuve el privilegio de ser mujer. Es difícil ser mujer en este mundo. Tú lo sabes mejor que nadie. Viví intensamente cada respiro y cada instante de mi vida. Destilé mujer. Trataron de reprimirme, pero no pudieron conmigo". Este es un extracto de uno de los textos de la autora chilena Wilms Montt.

   Rebelde a los valores burgueses de su sociedad e internada a la fuerza en un convento, una de las precursoras del feminismo y escritora chilena, María Teresa de las Mercedes Wilms Montt, conmemora este 8 de septiembre 123 años de su nacimiento.

   Más conocida como Teresa Wilms Montt, la autora iberoamericana tuvo una vida novelesca ya que mientras vivía una vida contraria a la que se le impuso, huyendo de las influencias burguesas y sobreviviendo como podía en el convento donde se le internó, Wilms Montt huyó a Buenos Aires con la ayuda de su amigo Vicente Huidobro, poeta chileno que según se rumoreaba en la época le pretendía.

   De espíritu libre y creativo, creció de ese modo entre clases de idiomas, lujos y elegantes banquetes, exhibiendo tempranamente su carisma y talento en el piano, canto y, especialmente, las letras.

   Tras contraer matrimonio de forma obligada con un funcionario del Servicio de Impuestos del Estado y debido a las incesantes inquietudes intelectuales que la autora mostraba, la relación entre ambos comenzó a socavar marcando el inicio del destino errante y trágico de Wilms Montt.

   Entre 1911 y 1914 y después de mudarse en diversas ocasiones, la escritora se volcó a la escritura de sus diarios íntimos y sostuvo una estrecha amistad con influyentes artistas e intelectuales, como el poeta Víctor Domingo Silva.

   Durante su permanencia en la ciudad chilena de Iquique dio a conocer sus escritos por primera vez de forma pública, bajo el seudónimo de 'Tebac'. Además, se adhirió a los ideales feministas y anarquistas, inspirada por el discurso de la feminista Belén de Zárraga y el chileno Luis Emilio Recabarren.

   Debido a la excitación intelectual que estaba viviendo Wilms Montt, su marido la envió de regreso a Santiago, donde quedó al cuidado de su familia paterna y, meses después, fue recluida en el Convento de la Preciosa Sangre. A partir de su internación, en 1916, tras un intento de suicidio producto del encierro forzoso, la autora escapó a Buenos Aires con la ayuda de su amigo Vicente Huidobro.

   En la capital argentina comenzó a desarrollarse como mujer y por supuesto como escritora, momento en el que empezó a colaborar en la revista 'Nosotros' junto con la figura literaria universal Gabriela Mistrat y el Premio Nobel de Literatura en 1948 Ángel Cruchaga Santa María.

   En 1917 publicó sus dos primeros libros: su ópera prima 'Inquietudes sentimentales', un conjunto de cincuenta poemas con rasgos surrealistas, que gozó de un éxito arrollador entre los círculos intelectuales de la sociedad bonaerense. Lo mismo ocurrió con su segunda obra, 'Los tres cantos', trabajo en el que exploró el erotismo y la espiritualidad.

   Al trasladarse a Madrid en 1918 publicó otras dos obras reconocidas por la crítica literaria española: 'En la Quietud del Mármol' y 'Anuarí'. La primera se trata de una elegía de tono lírico, compuesta por 35 fragmentos, con la muerte como motivo central. Escrita en primera persona, enfocó su interés en el rol mediatizador del amor de la vida. 'Anuarí', en cambio, es un homenaje a un difunto enamorado argentino.

   Al regresar a Buenos Aires en 1919, Wilms Montt publicó su quinto libro titulado 'Cuentos para hombres que todavía son niños', en el que evocó su infancia y algunas experiencias íntimas, en narraciones de gran oportunidad y fantasía.

   A pesar de su regreso a Iberoamérica desde España, la chilena continuó viajando por Europa, visitando Londres y París, pero manteniendo su residencia en Madrid.

   Encontrándose en la capital francesa en 1920, enfermó gravemente, y se adentró en una crisis en la que no vio otra salida que consumir una gran dosis de Veronal, que tras una larga agonía, le provocó la muerte el 24 de diciembre de 1921 a los 28 años de edad.

"Morir, después de haber sentido todo y no ser nada..." son las últimas palabras que la escritora chilena Teresa Wilms Montt dedicó en su diario sin saber que llegaría a convertirse en una de las figuras literarias por excelencia de Iberoamérica.

   "Nada tengo, nada dejo, nada pido. Desnuda como nací me voy, tan ignorante de lo que en el mundo había", dejó escrito la indomable Teresa Wilms Montt.