Publicado 04/05/2016 17:22

Wendy Guerra: "En lo único que no mienten los periódicos cubanos es en la fecha"

La autora Wendy Guerra
EUROPA PRESS

   Escribe su novela más combativa contra la realidad cubana 'Domingo de revolución'

   BARCELONA, 4 May. (EUROPA PRESS) -

   La autora Wendy Guerra ha escrito su novela más combativa sobre la realidad cubana en la historia 'Domingo de revolución' (Anagrama), la que más miedo le ha dado escribir, aunque ha considerado: "En lo único que no mienten los periódicos cubanos es en la fecha, y los escritores estamos llamados a combatir esto".

   "Es muy difícil quedar bien con Cuba, con el exilio y los editores, y yo he decidido quedar bien con la literatura, que es lo que va a quedar ahí cuando esté muerta", ha dicho la escritora en rueda de prensa en Barcelona, donde se ha mostrado muy interesada en que quede escrito para la posteridad lo que los periódicos del país no van a publicar.

   La novela parte de una conversación que mantuvo con Ana Maria Moix, que le llevó a escribir un cuento que Moix pudo leer y le sugirió que convirtiera en novela.

   La propuesta versa sobre la joven poetisa Cleo, residente en La Habana (Cuba), que está bajo sospecha, ya que la Seguridad del Estado y el Ministerio de Cultura creen que su éxito ha sido construido por 'el enemigo' como un arma de desestabilización, una invención de la CIA, mientras que para determinado grupo de intelectuales del exilio, en cambio, Cleo es una infiltrada de la inteligencia cubana.

ELEMENTOS AUTOBIOGRÁFICOS

   La autora ha explicado que si bien no es autobiográfica, está nutrida de elementos autobiográficos, ya que en Cuba algunos se piensan que ella es de la CIA, mientras que una parte dolida del exilio cree que era de la inteligencia cubana que la había puesto en las filas del exilio "para dinamitar el exilio internacional".

   Guerra ha explicado que en el momento en el que ella empezó a publicar novelas sobre la realidad cubana no había otras figuras jóvenes que criticaran la realidad, un fenómeno que ahora cuenta con toda una generación, llamada 'boom' de Bogotá 39, que escribe desde blogs.

   "Yo tengo mucho miedo, no es que sea Juana de Arco", ha explicado la autora, que sí ha dicho que su personaje es una heroína contemporánea que está impulsando algo, además de señalar que está hecha desde la resistencia y que no puede guardar silencio porque ya ha estallado en su obra.

   Guerra le ha dedicado la novela a Gabriel García Márquez, del que fue muy amiga: "Me regaló, como a todos, su literatura, y también un viaje al mundo del aprendizaje del guión cinematográfico y del cuento. Yo lo que le podía hacer era el regalo de la realidad".

   Si Márquez compartía con Guerra la información que le llegaba de la alta política cubana, ella compartía con él "la realidad", en el único ensayo de democracia que dice haber vivido dentro de Cuba con modos muy distintos de mirar al país.

   Guerra ha dicho que desearía reunirse con cubanos de derechas, izquierdas y centro y que todos plantearan una idea de isla propia: "Creo que deberíamos sentarnos todos a dialogar, pero como en Cuba no nos van a permitir eso, por eso escribo libros".

   "Lo más importante del libro no es la política, sino cómo encontrar una voz poética para hablar de cosas tan duras", ha explicado la escritora, que trata desde la poesía de lo cotidiano lo agreste, rígido, marcial y podrido.

   A su juicio, cada cubano exiliado --ella vive en La Habana-- ha cargado con algo que no le pudieron quitar en el aeropuerto: "Un pedazo de tierra, la manera de ver la sexualidad, un plato de frijoles, la música en el cuerpo y saber que esto no es para siempre".

'INSILIO'

   La autora ha lamentado que quienes no se han exiliado viven en el 'insilio' al quedarse sin hermanos, amigos y amores: "Yo me casé con un hombre al que le dejó su mujer porque se fue", lo que hace que quienes se quedan en Cuba vivan la separación de una guerra, con sus infiernos y paraísos.

   "Me encanta estar allí. Tengo que vivir en zona de conflicto", ha explicado Guerra, que cree que los cubanos se han acomodado a una realidad muy dura, que no es tan dura si se ha vivido durante toda la vida.

   Sobre el futuro, ha pronosticado que no sucederá un derramamiento de sangre, sino que espera que cada uno abra su mente y deje entrar a los demás, de manera de que se convierta "el dolor de la separación, en integración".