MADRID 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
La selección española femenina de fútbol afrontará este miércoles las semifinales de la Eurocopa que se está disputando en Suiza ante Alemania, un rival de mucha entidad que, sin embargo, parece haber perdido algo del predominio en el fútbol mundial que llegó a ostentar no hace demasiado tiempo.
España se enfrenta a su 'bestia negra', el único gran combinado nacional al que no ha ganado nunca en sus ocho partidos, pero al que espera tumbar por fin sin mirar demasiado a un pasado que, de momento, indica cinco derrotas y tres empates. La mejor noticia es que la 'Roja' ha ido creciendo en el tiempo y parece que por fin en el Estadio Letzigrund de Zúrich está en condiciones reales de poder batirla tras haberlo intentado sin éxito ya como campeona del mundo el verano pasado en los Juegos Olímpicos de París donde estaba visiblemente escasa de energía.
Ahora, con mejor físico, las españolas quieren mostrar que su estilo de juego puede acabar con el de su rival, algo que ya se ha vislumbrado a nivel de clubes donde el FC Barcelona, de donde sale el núcleo del combinado nacional y de su once titular, ha solido dominar con autoridad a los equipos de la Bundesliga, los cuales también parecen haber perdido cierta posición de predominio ante las blaugranas, los conjuntos ingleses y el perenne Olympique de Lyon francés.
Pero Alemania dejó claro que batirla no es sencilla, aunque desde el Mundial de 2023 parezca mucho más asequible como indican algunos resultados. En la cita en la que España se coronó, ella no pasó históricamente de la fase de grupos cayendo ante Colombia (1-2) y empatando ante Corea del Sur (1-1), y desde entonces ha ofrecido más resquicios para albergar aún más esperanzas, aunque parece haber tenido más estabilidad desde la llegada al banquillo de Christian Wück el pasado mes de octubre.
Sin embargo, de la ocho veces campeona de Europa y doble campeona mundial, la mejor selección de Europa por palmarés y que es la actual número tres del ranking de la FIFA, justo por detrás del equipo que dirige Montse Tomé, siempre se espera que dé batalla, sobre todo si hay algo en juego tan jugoso como una nueva final continental y una nueva oportunidad de levantar un gran título, lo que no hace desde la Eurocopa de 2013, aunque tres años después se proclamó campeona olímpica en Río de Janeiro (2016).
Alemania, reina mundial de forma consecutiva en 2003 y 2007, dejó alguna duda en la fase de grupos donde ganó con solvencia a Polonia (2-0), tuvo que remontar con trabajo a Dinamarca (2-1) y luego fue goleada por Suecia (4-1) pese a ponerse por delante. En cuartos le tocó lidiar con una Francia que al cuarto de hora ganaba por 1-0 y estaba con una jugadora más, pero empató y terminó llevándose el billete en los penaltis, una prueba más de su carácter competitivo en grandes citas.
Wück tendrá que encontrar el plan de juego que logre desactivar a España, seguramente muy superior en el mediocampo con el trío Patri Guijarro, Alexia Putellas y Aitana Bonmatí, más la carta de la joven Vicky López, y los apoyos que les puedan dar la entonada Claudia Pina y Mariona Caldentey. Suiza le pudo mostrar el camino en cuartos y, en este sentido, intensidad y energía no le faltarán a las alemanas.
BAJAS ATRÁS Y UN FÚTBOL MÁS DIRECTO ANTE ESPAÑA
Estas, que querrán conceder el favoritismo de forma engañosa a su rival para tratar de ponerle nervioso, llegan a esta semifinal con más desgaste tras su duro partido ante las francesas y con bajas que merman sobre todo una de sus tradicionales fortalezas como es la defensa. Wück perdió en el primer partido a un baluarte como Giulia Gwinn y para este choque no podrá contar con otra de sus piezas claves como la central Kathrin Hendrich, sancionada por su irresponsable tirón en el pelo a Griedge Mbock Bathy, además de la lateral izquierda titular, Sarai Linder.
El seleccionador alemán podría optar para paliar estas bajas por una defensa de tres liderada por Rebecca Knaak, que debutó a principios de año con la selección absoluta rozando la treintena, pero que sobresalió en cuartos en inferioridad. A su lado jugadoras como la central Sophia Kleinherne, que tuvo que ejercer de lateral derecho ante Francia, Franziska Kett y Carlota Wamser, dos jugadores de perfil de extremo que juegan de laterales, lo que pueden aprovechar Pina o Caldentey. Todas ellas, de todos modos, tienen la tranquilidad de tener como última defensa a la veterana portera de 34 años Ann-Katrin Berger, que ya ha demostrado su calidad y experiencia, y que ya amargó a las españolas en París deteniendo el penalti que suponía el 1-1 a Alexia Putellas.
En el centro del campo, destaca por encima de todas la figura de la joven Jule Brand, jugadora con gran llegada y uno de los mejores talentos de un equipo que no puede contar en esta Eurocopa con otra futbolista importante como Lena Oberdorf, la mejor joven de la Eurocopa de 2022. Wück también perderá ahí a otra pieza clave como Sjoeke Nüsken, y tiene veteranas para relevarla como Sara Dabritz, nueva futbolista del Real Madrid, y Linda Dallmann, que empezó de titular.
Elisa Senss, encargada de poner trabajo en el medio, es otra de las jugadoras clave en esa zona donde tendrán que lidiar ante el talentoso mediocampo español, para tratar de robar y salir al contragolpe porque a Alemania le gusta tener la pelota, pero ante España ya ha demostrado con éxito que prefiere ser mucho más directa en su fútbol.
Ahí tampoco tiene a otra futbolista clave de los últimos años como la histórica Alexandra Popp, que decidió poner fin a su carrera internacional tras los Juegos Olímpicos, pero mantiene a dos jugadoras peligrosas con espacios como Klara Bühl y Lea Schüeller, esta su mejor goleadora, pero que en el choque ante Francia fue suplente en detrimento de otra debutante en esta EURO como Giovanna Hoffmann, delantera del RB Leipzig que supo dar mucho oxígeno y trabajo en el último partido, siendo un quebradero de cabeza para las defensas francesas.