Actualizado 21/11/2018 13:10

Analú Martínez, el 'huracán' guatemalteco que quiere hacer historia en el fútbol femenino

Analú Martínez, jugadora del Madrid femenino
MADRID CFF
  

   MADRID, 17 Sep. (Notimérica)

   A los cuatro años, la guatemalteca Analú Martínez se puso las primeras botas de fútbol. Por aquel entonces jugaba con su hermano a dar toques por los pasillos de la casa familiar, pero a esa edad ya sabía que se dedicaría a este deporte tradicionalmente de hombres. Las botas se las regalaron sus padres, que vieron en ella aptitudes suficientes como para alentarle a lo largo de los años. Creció en la capital, jugando al fútbol como hobby en Campo Marte, un pequeño parque que hoy, desde el césped de entrenamiento del Madrid Club de Fútbol Femenino, recuerda como el lugar en el que vivió "sanamente".

   Era tan solo una niña cuando su hermano mayor le llevó a hacer las pruebas del Travesuras, un equipo masculino que la incorporó a la plantilla, convirtiéndola en la primera mujer inscrita en un torneo de fútbol para hombres en Guatemala. Pese a que lo principal eran sus estudios y siempre lo tuvo claro, día a día fue envolviéndose más en el mundo de las botas y el balón. Comenzó a jugar en la Liga Nacional de Fútbol Femenino y poco después fue convocada para la selección nacional.

   Del Unifut-Rosales de Guatemala saltó al Houston Dash estadounidense en 2014, pero no fue hasta el siguiente año cuando llegó a España. Fichó para la temporada 2014-2015 por el Dínamo de Guadalajara y se convirtió así en la primera guatemalteca en llegar a una liga de fútbol europea.

   Su progresión ya en España ha sido imparable. La razón por la que decidió cruzar el charco fue el impulso de un amigo, que le abrió las puertas de la segunda división española. "Tenía la idea de que aquí el fútbol femenino se apoyaba mucho más", cuenta a Notimérica en las pistas del estadio de Matapiñonera, donde se entrena ahora apartada de sus compañeras para recuperarse de una lesión de recto que la ha tenido apartada durante unas semanas.

   Ahora, tras cuatro años en España, compara el nivel del fútbol de mujeres con el de su país y se reafirma: "En lo competitivo podría decir que es muy parecido el nivel a segunda división, pero el cambio de la liga de primera división es muy grande. Aquí el fútbol está cada vez más cerca de ser profesionalizado, así que las condiciones son mejores que en mi país". Se refiere, por ejemplo, a los lugares de entrenamiento, cuerpos técnicos más amplios o los contratos laborales.

   Lo suyo ha costado, pero lo cierto es que el fútbol femenino se está haciendo un hueco en el deporte español y está entrando con fuerza, aunque las jugadoras denuncian que "queda mucho por avanzar" en materia salarial. Por poner un ejemplo, mientras la Liga Santander (primera división masculina) premia al equipo ganador con veinte millones de euros, las jugadoras del Atlético de Madrid, vencedoras la pasada temporada de la Liga Iberdrola, recibieron un total de 1.352 euros.

   Esa es una de las razones por las que Analú nunca ha abandonado los estudios. Terminó Ingeniería Química en Guatemala antes de comenzar su periplo por el mundo, también una licenciatura en Finanzas, y hoy, a sus 28 años, compagina en Madrid su proyecto deportivo con una maestría en Administración de Empresas. "Me gusta invertir mi tiempo en hacer cosas productivas", reconoce, para añadir a continuación que siempre ha pensado que necesita "tener una carrera que me dé estabilidad fuera del fútbol, porque de momento los salarios aquí no permiten despreocuparte por la parte económica".

RAYO, HUELVA Y MADRID

   El 'huracán' guatemalteco, como se le conoce en los vestuarios, fichó después de una temporada en las líneas del Guadalajara por el Rayo Vallecano, uno de los equipos españoles con más solera en el ámbito femenino. De ahí saltó al Sporting de Huelva, donde reconoce haber hecho una de sus mejores temporadas, y tras ese año le llegó su gran oportunidad. Recibió la llamada del Madrid CFF, uno de los equipos mejor posicionados en la Liga Iberdrola que pese a lo que puede parecer, no es la filial femenina del Real Madrid, sino un club que empezó siendo un modesto proyecto que en tan solo dos temporadas ya se mide de tú a tú, por ejemplo, al Atlético de Madrid, el eterno favorito junto con el FC Barcelona.

Analú Martínez, jugadora del Madrid femenino

   El responsable de comunicación del club, Andrés Baqué, cuenta que las razones que llevaron a su fichaje fueron varias, pero destaca "su agilidad, versatilidad y facilidad para el gol".

FUENTE DE INSPIRACIÓN

   Aunque lo más difícil ha sido estar alejada de su familia y su tierra, dice Analú que quiere servir de inspiración a más niñas como ella. Está segura de que el fútbol femenino está en auge y sueña con que un día "se profesionalice en todos los países y se alcancen los mismos derechos que tienen los hombres". "Seguramente hoy más niñas practican fútbol, hay más ligas para niñas y más familias apoyando a sus hijas, y eso es un gran logro", reconoce.

   En su familia ella encontró ese apoyo y hoy en el Madrid luce el dorsal número 20 en honor a su madre, que falleció el pasado mes de enero. Su cumpleaños era el día 20 y es una manera "de tenerla cerca y agradecerle todo lo que hizo por mí". Aunque en ese momento dudó sobre si debía seguir aquí peleando por alcanzar sus metas o volver a Guatemala, decidió quedarse.

Analú Martínez, jugadora del Madrid femenino

   Por suerte, pocos meses después llegó la llamada del Madrid. Cuando fue convocada en su país natal para ir a la selección se sintió "futbolista profesional por primera vez" y ahora está en un club en el que dice que espera "explotar al máximo sus capacidades". "Es un equipo más grande, muy profesional, con jugadoras y un cuerpo técnico con mucho talento", añade sobre quienes le han dado esta nueva oportunidad.

   Pese a que el comienzo de la Liga lo ha pasado en el banquillo, los fisioterapeutas del club confían en que este fin de semana estará lista para jugar. Al 'huracán' guatemalteco también la apodan 'La embajadora de Guatemala' y sus redes sociales están plagadas de mensajes de apoyo de sus compatriotas. "Siento orgullo y mucha responsabilidad", asegura.

   Sabe que tiene un año duro por delante, en el que tiene que ganarse el puesto en el equipo y continuar con sus estudios, pero sus ganas, las mismas que está poniendo en su recuperación, hacen presagiar que cumplirá las expectativas que han llevado al club madrileño a apostar por ella.