Actualizado 11/04/2006 19:22

Argentina.- El ex portero Hugo Gatti, de 61 años, podría volver al fútbol, jugando en un equipo argentino


BUENOS AIRES, 11 Abr. (EP/AP) -

Hugo Orlando Gatti, el portero argentino más excéntrico de todos los tiempos, podría volver a ponerse los guantes a los 61 años para formar parte de un equipo del interior del país.

"Está todo arreglado para que Gatti juegue con nosotros", dijo el portavoz del club El Indio, Ricardo Palasón, en una rueda de prensa que tuvo lugar en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Palasón dijo que la AFA autorizó la inscripción para que el "Loco" Gatti sea el meta en ese equipo con sede en Brandsen, a unos 80 kilómetros al sur de la capital, y que milita en una Liga zonal cuyos equipos aficionados pretenden entrar a una especie de cuarta división del fútbol nacional.

Palazón no dio otros detalles, mientras que Gatti se encontraría en España, donde suele viajar a menudo, ya que escribe de deportes en un diario de ese país.

Según allegados al guardamenta, regresaría en unas dos semanas y empezaría a atajar para El Indio, en el campeonato que acaba de arrancar. A pesar de su edad, Gatti mantiene un físico privilegiado, ya que desde hace años se entrena a diario en una zona de esta capital conocida como los "Bosques de Palermo".

Campeón de la Copa Libertadores con Boca Juniors en 1977 y 1978 y de la Intercontinental en ese último año, Gatti se retiró del fútbol después que en setiembre de 1988, el fallecido técnico José Omar Pastoriza lo apartó de la plantilla de Boca después que le marcaran uno de los denominados goles "tontos".

Debutó con Atlanta en 1962 y antes de jugar en Boca también lo hizo en River Plate, Gimnasia La Plata y Unión de Santa Fe. También jugó 18 partidos en la selección nacional.

Gatti fue uno de los primeros guardametas en salir jugando con los pies y en salir fuera del área cuando el resto vivía atornillado en ella; usaba pantalones casi hasta las rodillas y buzos multicolores (cuando eso no era usual) y durante los partidos montaba su propio espectáculo de habilidad, destreza y humor.

Cuando jugaba en el River, una tarde se metió en el bolsillo a la hinchada de su archienemigo Boca: Desde la tribuna boquense le tiraron una escoba y Gatti la levantó, saludó, y se puso a barrer el área.

El propio Gatti suele contar que en algunos días de frío, en los vestuarios se tomaba unas copas de vino y que a la cancha salía con una botellita de whisky que ponía al lado de un palo. Y de vez en cuando, se tomaba unos tragos.