Actualizado 02/03/2011 16:10

BOXEO-Golpe a golpe, chicos venezolanos dejan la calle

Por Mario Naranjo

CARACAS (Reuters/EP) - Erick Villanueva nació hace 9 años y a primera vista, salvo por ser un poco más bajito, no se diferencia de otros niños de su edad.

Pero las cosas son distintas cuando se sube a un ring de boxeo y pide su "máscara" que es como él llama a su protector de cabeza y se alista para combatir con un muchacho de su misma edad en un escenario montado en el centro de la ciudad de Caracas.

Sobre la lona, sus ojos enormes se entrecierran y pasa a ser un cazador en búsqueda de una presa. Erick no tiene miedo y cierra los espacios a su rival, que pese a ser más grande a ratos corre para alejarse de sus puños.

Hace tres meses Erick no era así. Su día se dividía entre estudiar, ver la televisión, jugar y obedecer a su mamá.

"Siempre fue un buen chico", dice Lisett Marcani, su madre, mientras acaricia la cabeza de su hijo que es entrevistado por una radio local tras ganar su primera pelea oficial.

La vida de Erick cambió en diciembre, cuando el temporal que azotó a Venezuela y dejó millonarias pérdidas y unos 140.000 damnificados, daño su casa, ubicada en el populoso barrio de La Vega en Caracas, por lo que fue evacuado a un refugio en el estadio Brígido Iriarte.

Allí descubrió un gimnasio de boxeo y se enamoró. Supo que existe un programa llamado "Boxeo Olímpico de la calle" y no dudó en pedir a su madre que le deje ser boxeador.

"Es un buen programa, pero tiene sus cosas malas", dice Marcani antes de ponerse a enumerar que lo han hecho más obediente y estudioso, "aunque siempre fue un buen niño (...) mejoró mucho, mucho".

Cuando se le pregunta lo negativo del plan, no vacila en responder "es que me lo pegan, eso es lo malo (...) no quisiera que le pase nada malo" y lo abraza para preguntar con fuerza "¿qué puedo hacer?, es lo que le gusta".

El plan "Boxeo Olímpico de la calle" es una iniciativa de varias instituciones del Gobierno venezolano con la que quieren alejar a niños y jóvenes de la calle, las drogas y las pandillas, en un intento de lucha contra la inseguridad, uno de los mayores males que acosan al país caribeño.

En Venezuela la sociedad enfrenta alarmantes niveles de violencia y, según encuestas, la inseguridad es el mayor problema de los 29 millones de venezolanos.

El programa busca promover valores como la disciplina y respeto entre los niños y jóvenes, además de demostrarles que es posible un futuro mejor en un país que cuenta en su historia con varios campeones mundiales de boxeo.

Erick no quiere parar nunca, piensa seguir hasta ser profesional o "campeón mundial del mundo".

CARACAS, LA SEMILLA

El proyecto "Boxeo Olímpico de la calle" se enfoca en Caracas, donde funcionan unos 25 puntos de entrenamiento en calles, barrios, gimnasios y escuelas, además está presente en los estados Vargas y Miranda.

Entre los auspiciantes del proyecto está la Oficina Nacional Antidrogas (ONA), que desde hace cinco años comenzó con el plan "Dale K.O a las drogas", al que se fueron sumando fundaciones, asociaciones y núcleos de deportistas.

"El apoyo al boxeo de la calle está dentro del plan nacional antidrogas", explica Galvani Duarte, uno de los directores de la ONA. "Por eso lo hacemos en la calle, para que los chicos vean y se motiven y se sumen a esta iniciativa.

Venezuela, con una pobreza que afecta alrededor del 26 por ciento de la población, es el país de Latinoamérica con mayor índice de conflictividad

Entrar al programa no es complicado, solo se necesita voluntad y compromiso. "Ganas de ser alguien, de hacer algo en la vida", como asegura Pedro Márquez, entrenador desde hace seis años.

Márquez cuenta que fue boxeador amateur y no pudo pasar al profesionalismo por cosas de la vida, pero su mayor orgullo es haber rescatado de la calle a tres chicos que ahora "trabajan, estudian, son buenos hijos y grandes boxeadores".

"Yo les doy a ellos lo que nunca tuve (...) les busco un futuro, que crean en ellos. Soy entrenador, amigo y papá", dice Márquez.

Márquez entrena en una sala comunitaria en el oeste pobre de Caracas, en el sector de Propatria, cerca de una explanada donde algunas personas remueven basura para encontrar algo de valor.

En su grupo destaca José Luis Rodríguez, de 23 años y con cuatro como boxeador de calle. Márquez no puede ocultar que es uno de sus preferidos, él mismo regaló al joven una camiseta oficial de boxeador olímpico callejero.

"El boxeo me ha enseñado autocontrol (...) Ahora estudio y he aprendido a ayudarme a mi mismo. Espiritualmente uno se siente más sano, se ve más saludable", comenta Rodríguez.

"Quisiera tener peleas por el título, ser campeón", remata el joven boxeador y Márquez le ordena volver a sus ejercicios y remata "¿sabe para qué sirve esto? para que las cosas malas salgan, que la gente crea en ellos y que piense tener un futuro".