Actualizado 14/02/2011 17:49

Brasil.- (Perfil) Ronaldo, 'Il Fenómeno' se despide tras una carrera marcada por las lesiones

Las lesiones de rodilla lastraron el rendimiento de uno de los mejores delanteros de finales del siglo XX y principios del XXI


MADRID, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -

Ronaldo Luis Nazario de Lima se despidió este lunes del fútbol en activo, dejando atrás una carrera llena de éxitos, goles y jugadas mágicas, pero tampoco exenta de altibajos y, en buena medida, marcada por las lesiones de rodilla que lastraron el rendimiento de un delantero que podría haber marcado época al cien por cien de condición física.

El brasileño, apodado 'Il Fenómeno', amenazaba con convertirse en el mejor atacante de finales del siglo XX, pero sus rodillas fueron un talón de Aquiles que le privaron de continuidad en sus mejores años futbolísticos.

Sin embargo, pese a estos percances, Ronaldo siempre retornó y alcanzó el éxito hasta su marcha del Real Madrid cuando empezó el paulatino declive de su carrera. Así, fue uno de los jugadores más decisivos en la década de los 90, letal en los metros finales, pura potencia en el desborde, capaz de decidir un partido sin haber aparecido hasta entonces.

A Europa llegó muy pronto, con tan solo 17 años y con un Mundial en el bolsillo, al PSV Eindhoven, y de ahí el salto al FC Barcelona, donde el dinero fue impedimento para que hubiese marcado una época en el club azulgrana. Italia sí le quiso pagar, y entonces empezó la maldición de las lesiones, y la ausencia de títulos, lo que compensó en parte el Real Madrid, su siguiente destino, aunque nunca pudo saborear la Liga de Campeones, lo único que le falta en su extenso palmarés individual y colectivo.

Criado en el Cruzeiro, después de ganar el Mundial con su selección en los Estados Unidos, aunque sin participar ni un minuto, aterrizó en Eindhoven, donde empezó a demostrar de lo que era capaz. Su potencia era inabordable para los defensas rivales y su velocidad quebraba las defensas, lo que atrajo el interés del FC Barcelona, que le fichó por 20 millones de dólares por ocho años.

Ronaldo debía de convertirse en el heredero de Romario, y muy pronto dejó su impronta en la Liga española, donde cuadró perfectamente con el estilo azulgrana. Sin embargo, sus 34 goles ('pichichi' y 'Bota de Oro'), uno de ellos espectacular en San Lázaro dejando sentado a medio Compostela, no sirvieron para superar al Real Madrid, aunque se quedó con la Supercopa de España, la Copa del Rey y la Recopa.

Pero el Barcelona no quiso aumentarle su sueldo y el Inter de Milán aprovechó para llevárselo a la Serie A al año siguiente. A partir de ahí, comenzaron los problemas que marcaron gran parte de su carrera. Antes de las rodillas, sufrió unas extrañas convulsiones antes de la final del Mundial de 1998, y pese a que jugó, apenas apareció en la derrota de la 'canarinha' ante Francia por 3-0.

Posteriormente, se lesionó gravemente la rodilla y en su retorno, él solo, en un mal gesto en una de sus habituales carreras, volvió a sufrir otro grave percance en la misma zona, por lo que parecía que su final deportivo se acercaba, pero no fue así. Volvió, ya con más kilos, pero sin perder su calidad, pero en el Inter no acabó de brillar y chocó con Héctor Cúper, más aún cuando el conjunto 'neroazzurro' perdió el título en la última jornada de 2001-2002.

LLEGADA AL REAL MADRID.

La revancha la tuvo meses después en el Mundial de Corea y Japón. Ronaldo volvió a ser clave, hizo seis goles, los dos decisivos en la gran final ante Alemania, que le hicieron 'vengarse' de lo sucedido en Saint-Dennis. Esto provocó que Florentino Pérez pusiese los ojos sobre él y le trajese al Real Madrid 'galáctico'.

El delantero brasileño demostró en el club blanco que, pese a todo, no había perdido un ápice de su carácter letal, y pese a ser más 'pesado', fue bastante productivo para el equipo madridista en sus primeros años. Anotó más de un centenar de goles en su paso por Chamartín y dejó una noche para el recuerdo en Old Trafford con un sensacional 'hat-trick'.

Sin embargo, la 'Orejona' se le resistió y una inoportuna lesión muscular antes de la vuelta de las semifinales ante la Juventus en 2003, le impidió jugar de inicio, lo que resultó clave para que el Real Madrid no tuviese demasiadas opciones y pudiese disputar su primera final.

La marcha de Vicente del Bosque provocó el declive de los 'galácticos' y poco a poco, Ronaldo, que siguió marcando goles y en Alemania 2006 se convirtió en el máximo goleador de los Mundiales con 15 tantos, dejó de ser feliz en la capital y en enero de 2007, con Fabio Capello en el banquillo, se marchó al Milan.

A partir de ahí, su estrella se fue difuminando. Su figura continuó ganando peso y sus registros goleadores fueron disminuyendo, y además sufrió otra grave lesión en la rodilla, esta vez en la izquierda. Nuevamente se atisbaba su final, pero Ronaldo decidió retornar a su país, al Corinthians, donde dejó alguna muestra de su calidad de antaño, pero donde en los últimos días era centro de las críticas de los aficionados.