Publicado 08/07/2015 20:05

Brasil sigue con la herida abierta de la humillación del 7-1 del Mundial

Brasil contra Alemania en el Mundial de fútbol 2014: las imégenes de la derrota
REUTERS

   RÍO DE JANEIRO, 8 Jul. (Notimérica) -

   Brasil sigue conmocionado justo un año después de la humillación que sufrió su selección el 8 de julio de 2014 en el estadio de Mineirão de Belo Horizonte, con los siete goles que encajó de Alemania, que la apartaron de 'su' Mundial de la peor manera posible y abrieron multitud de interrogantes sobre el estado del fútbol en el país.

   Las caras al día siguiente de la derrota oscilaban entre la estupefacción y la rabia por el orgullo herido, y ahora el 'Mineiraço' -como se conoce al doloroso episodio, haciendo un símil con el 'Maracanaço' sigue vivo, por la eliminación de Brasil de la Copa América, la dependencia de Neymar y sobre todo por los escándalos de corrupción en la FIFA y en la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).

   El país del 'jogo bonito', el que convirtió el fútbol en parte indisociable de su esencia nacional, aún tiene el recuerdo vivo de los goles alemanes, en especial de los de la primera parte, cuando en apenas seis minutos la 'canarinha' encajó cuatro tantos. Apenas daba tiempo de frotarse los ojos para comprobar el desastre, comentaban entonces los aficionados.

   Esta semana se ha sabido que, aprovechando el descanso, el entrenador de la selección alemana, Joachim Löw, pidió a sus jugadores que no fueran "arrogantes" y no humillaran a la selección anfitriona, aunque aseguró que en ningún caso les prohibió marcas más goles. La sensación en Brasil era que podían haber sido muchos más.

   También se ha sabido, gracias a unas declaraciones del jugador del FC Barcelona Daniel Alves, que Pep Guardiola estaba interesado en entrenar a la selección brasileña de cara al Mundial de 2014. Los resultados con Luiz Felipe Scolari no fueron los esperados, pero a pesar de la histórica derrota no dimitió rápidamente, como muchos esperaban. Le sustituyó Dunga, que a pesar de su fracaso en la Copa América de Chile seguirá en el cargo, según la CBF, porque el objetivo es trazar un plan "a largo plazo".

   Pero el plan para devolver el brillo a la pentacampeona mundial tiene muchos obstáculos en el camino, y uno de ellos es, precisamente, la CBF. El ex presidente José Maria Marin fue detenido en el marco de la operación del FBI contra la FIFA y el actual máximo mandatario, Marco Polo del Nero también está bajo sospecha. Según el ex futbolista y ahora senador Romário, no ha acompañado a la selección masculina en Chile ni a la femenina en Canadá por miedo a ser detenido en el exterior.

   A los casos de corrupción entre los dirigentes se unen las dificultades para formar una cantera en Brasil; los clubes apenas invierten en las categorías base y los jugadores que despuntan cada vez viajan antes a los equipos europeos, con lo que el nivel del fútbol en Brasil cae, apuntan los expertos. De rebote cae también el interés de la afición y los estadios se vacían.

   Y es que a pesar de las millonarias inversiones en estadios durante el pasado Mundial -se gastaron alrededor de 2.600 millones de dólares- muchos de ellos son ahora deficitarios porque las entradas son más caras y ahuyentan a los aficionados. Brasil está ahora en la posición número 39 del ránking mundial en ocupación de estadios.

   Los analistas deportivos brasileños también apuntan a la necesidades de que los clubes inviertan en centros de entrenamiento técnico, que se ponga en marcha una escuela para entrenadores, como en Italia, o que se mejore el calendario deportivo, que ahora concentra la mayoría de partidos en el segundo semestre del año.

   A todas estas circunstancias se une el nerviosismo y la falta de preparación mental de unos jugadores que cada vez entran en el torbellino de la fama y el dinero a una edad más temprana. Durante el pasado Mundial los aficionados brasileños estaban atónitos al ver al capitán Thiago Silva llorando apasionadamente después de vencer a Chile por los pelos, cuando debía ser el primero en mantener la calma.

   Neymar y David Luiz también sollozaban como niños exponiendo toda su fragilidad emocional y haciendo sonar las alarmas. La CBF tuvo que contratar de urgencia a una psicóloga para poner orden en el vestuario, pero poco después llegó el 7 a 1 de Alemania.