Actualizado 11/07/2006 13:17

Colombia.- Pablo Montoya tendrá que afrontar una difícil adaptación en su paso de la Fórmula 1 a la Nascar


ILLINOIS (ESTADOS UNIDOS), 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

El piloto colombiano Juan Pablo Montoya parece preparado para una difícil transición de la Fórmula 1 a la serie Nascar, pero deberá superar una serie de diferencias en sus ámbitos profesional y personal.

Los corredores de Nascar han visto a muchos veloces y versátiles pilotos que ingresan a su serie con la esperanza de prolongar las trayectorias profesionales y hacer algún dinero fácil, pero terminan con humillantes salidas.

Comprenden que Montoya, quien anunció el domingo que abandonará la F1 al final de la temporada a fin de conducir para su viejo amigo Chip Ganassi en la Nascar, es un piloto diferente en una situación diferente a la de, por ejemplo, Christian Fittipaldi o Paul Tracy, pero también saben que la Nascar no es tan sencilla como parece.

Un informe exploratorio de la Nascar anticipa que Montoya competirá para ganar en las dos carreras de calle y circuito del año próximo, pero para erigirse en un piloto contundente tendrá que esforzarse para adaptarse a un nuevo deporte y una nueva cultura.

Después de seis años con los más extravagantes motores de carrera en el planeta, Montoya conducirá un carro mucho más pesado con llantas delgadas y sin los fantásticos instrumentos electrónicos que permiten las altas velocidades en la F1. Incluso, antes de abordar el carro de Gordon en la tradicional carrera Indy, Montoya necesitó un curso de actualización para conducir con el embrague manual.

Montoya requerirá asimismo toda una adaptación en su actitud de competencia luego de ganarse la reputación de un piloto de "todo o nada" en la F1, donde algunos de sus compañeros fueron víctimas de sus tácticas agresivas.

Además, tendrá que acostumbrarse a las muchedumbres que suelen rodear a los pilotos en los talleres mecánicos de la NASCAR, una gran diferencia a las severas restricciones para el acceso a los conductores de la F1.

La permanencia en la Nascar podría obligar al piloto colombiano y a su familia a vivir en una casa móvil durante 38 semanas al año. "Necesitan adoptarse a esta cultura para que este tenga éxito", consideró Geoff Smith, presidente de la firma Roush Racing.