Actualizado 07/10/2010 20:20

ENFOQUE-FUTBOL-Pasión supera a dificultades en Uruguay

Por Rex Gowar

MONTEVIDEO (Reuters/EP) - Si usted está cerca de una maternidad de Montevideo es posible que escuche un gran grito de decenas de pequeñas gargantas. Esto es algo que, según el escritor uruguayo Eduardo Galeano, demuestra la pasión del país por el fútbol.

"Son los bebés recién nacidos gritando 'gol'", dice Galeano, un entusiasta aficionado al fútbol, en un documental de televisión sobre este deporte en Uruguay.

El fútbol uruguayo es pequeño, pero también un mundo apasionado y de grandes contrastes.

Se dice que Rampla Juniors, un modesto club de primera división, tiene el más extenso campo de juego del mundo, porque desde una grada no se puede ver la tribuna del lado opuesto.

Lo que uno obtiene del compacto campo ribereño es una vista libre de los rascacielos de Montevideo a través de la bahía.

Un potente despeje llevado por el viento puede dejar la pelota en el agua, donde, en los viejos tiempos, un hombre en un bote de remos iba a recuperarla.

Héctor Morán, quien jugó en el Nacional que venció al PSV Eindhoven en la final de la Copa Intercontinental de 1988 y trabaja ahora para el sindicato de futbolistas uruguayos (MUFP), pintó un panorama sombrío de los jugadores a nivel local.

"El 70 por ciento de los jugadores de fútbol que está en el Uruguay, no vive sólo del fútbol, tiene que salir a laburar (trabajar). Los salarios son muy bajos (...) Tenemos experiencia de gente que trabaja de noche y al día siguiente tiene que salir a entrenar", asegura.

"El salario mínimo es de 22.000 (pesos uruguayos, 1.100 dólares) a 23.000 pesos para un jugador de primera A, y de 11.000 en la B. El salario promedio de un jugador en uno de los equipos medianos, Defensor o Liverpool, es de 35.000 a 40.000 pesos", agregó.

GRANDES EXITOS

A juicio de Morán, es muy difícil explicar lo que sucede en Uruguay, un país pequeño pero donde surgen una gran cantidad de futbolistas que triunfan en el extranjero.

"El fútbol acá es algo increíble. En cualquier parte del mundo encontrás jugadores uruguayos, porque el jugador uruguayo es muy bueno técnicamente. Triunfa en cualquier parte del mundo", explica.

Por su parte, el comentarista Ricardo Piñeyrúa, de Radio El Espectador, dijo a Reuters: "El rendimiento de los países en lo futbolístico se debe a cuestiones no económicas, sino culturales", comenta.

"Uruguay siempre es candidato para ir a los mundiales y hay un dato: de los (11) que fue, terminó entre los cuatros mejores en la mitad (1930, 1950, 1970 y 2010)", agregó.

Uruguay, con aproximadamente 3,5 millones de habitantes, parece estar en una gran desventaja si se compara con los mucho más grandes y poblados vecinos Argentina y Brasil.

El fútbol local cuenta con dos clubes grandes -Peñarol y Nacional-, que han sido campeones de Sudamérica ocho veces y seis del mundo.

Muchos clubes de primer nivel tienen estadios más pequeños que los de equipos chicos de ligas menores del fútbol europeo.

Un partido normal en el renombrado Centenario, el estadio donde se celebró la inauguración y final del Mundial de 1930, podría tener una asistencia de unas 5.000 personas si Peñarol juega ante un club pequeño.

Pero Juan Ramón Carrasco, ex centrocampista uruguayo y ahora entrenador, cree que Uruguay puede seguir siendo uno de los mejores equipos del mundo si se compromete a ofrecer un fútbol ofensivo.

"Yo jugaba de mediocampista ofensivo y siempre lo miraba (al fútbol) como once contra once", dice.

Carrasco, de 54 años, entregó un soplo de aire fresco al fútbol uruguayo en la primera parte de la década con Fénix, un equipo pequeño con ambiciones de atacar.

Su filosofía lo ayudó a transformarse en técnico de la selección de Uruguay, cargo del cual más tarde fue despedido debido a ese gran énfasis en el ataque y a una débil defensa.

Carrasco siente que su trabajo posterior en River Plate de Montevideo contribuyó al éxito del país en el Mundial de este año.

"Uruguay hizo un muy buen Mundial. El público venía con la exigencia de lo que habíamos hecho en River (Plate de Uruguay). La gente tenía hambre de seguir viendo ese fútbol", comenta.

CLUBES CHICOS

Marcos Paredes, jefe de prensa del Rampla Juniors, dijo a Reuters que el club surgió debido a una comunidad de inmigrantes que llegó en barcos desde Europa en busca de empleo en las plantas productoras de carne de vacuno en la zona de Cerro, en Montevideo.

El club, que tiene un campo con capacidad para 6.000 espectadores, conserva la atmósfera de equipo de pueblo pequeño inserto en un comunidad de escasos recursos.

Oscar "El Maestro" Tabárez, el técnico que llevó a Uruguay a las semifinales del Mundial de Sudáfrica, "fue director de la escuela local donde yo fui", dice Paredes.

El presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Sebastián Bauzá, quien busca mantener el impulso logrado tras el cuarto lugar de Uruguay en Sudáfrica, entregó a Tabárez otros cuatro años de contrato como técnico de la "Celeste".

"Uruguay está entre los cuatro países que pudieron ir a los mundiales sub-17 y sub-20 y mayor (en 2010). Es importantísimo poder volver a tener presencia en los mundiales", concluyó.