Por Luis Ampuero
BUENOS AIRES (Reuters) - Los recuerdos del argentino Luis Barrionuevo sobre los Juegos de Múnich 1972 deberían estar dominados por su debut olímpico, pero en vez de eso, el ahora preparador físico de hockey mantiene como una imagen imborrable los hechos más violentos de la historia del deporte.
Hace cuatro décadas Barrionuevo, de 23 años, fue a participar de sus primeros Juegos y estaba alojado a pocos metros de la delegación israelí en la Villa Olímpica reservada para más de 11.000 deportistas. Allí se vivió una tragedia por el ataque al estilo comando de un grupo terrorista palestino que asesinó a 11 atletas israelíes el 5 de septiembre de 1972.
El grupo, autodenominado Septiembre Negro, tomó por asalto las habitaciones de los israelíes exigiendo la liberación de más de 200 palestinos encerrados en cárceles de Israel.
""Yo estaba muy cerca. Saliendo de nuestra puerta a la izquierda, a 40 metros del edificio de Israel", recordó con pesar Barrionuevo en una reciente entrevista con Reuters en el centro de alto rendimiento deportivo de Argentina.
"Me acuerdo muy bien de aquella mañana, en la puerta principal había un vallado, no se podía salir y finalmente pudimos hacerlo por una entrada secundaria", detalló Barrionuevo sobre el lugar de la masacre, donde también se encontraban las delegaciones de Uruguay y Hong Kong.
En la madrugada del 5 de septiembre, integrantes del grupo palestino vestidos como deportistas y que llevaban bolsos llenos de armas y granadas treparon la valla del complejo. Ese día, la cita deportiva se convirtió en una tragedia sangrienta.
""No sabíamos muy bien lo que pasaba. No era lógico que no pudiéramos desplazarnos como lo veníamos haciendo, pero con las horas nos enteramos que había habido un secuestro, que había habido una muerte", comentó Barrionuevo, ahora preparador físico de la selección femenina de hockey sobre césped de su país, Las Leonas.
IMAGENES QUE PERMANECEN
Meses antes de iniciarse los Juegos, Barrionuevo adquirió una filmadora sin saber que esa cámara iba a contener las pruebas de hechos que el movimiento olímpico nunca olvidará.
"Yo había sido invitado a entrenarme en Múnich tres meses antes de los Juegos por la entonces Alemania Occidental y lo primero que hice fue comprarme una filmadora Super 8, una novedad tremenda para ese momento. Andaba con la cámara para todos lados", recordó Barrionuevo.
""Esa mañana me levanté y no pude salir del complejo, entonces decidí subir al edificio de Argentina a filmar un poco. Tengo filmado a policías o personal del Ejército vestidos de deportistas con ametralladoras y armas largas reptando por el edificio de Israel, presuntamente tratando de rescatar a los atletas", detalló.
Barrionuevo sostuvo que en sus filmaciones también aparecen los secuestradores con medias de nylon en la cabeza que desfiguraban sus rostros recorriendo el balcón.
"La gravedad de la situación la tuvimos realmente cuando terminó todo, a los tres o cuatro días después de hablar con nuestra gente en Buenos Aires y nos contaron lo que realmente había pasado", destacó.
Barrionuevo recordó la sorpresa que vivió cuando fue al cine a ver "Munich", el filme del director Steven Spielberg sobre un grupo de espías de Israel que recorre el mundo para matar a los integrantes del grupo que perpetró la matanza en Alemania.
""Cuando vi la película me dije: esto es parecido a lo que filmé yo, porque realmente las mismas escenas que se ven prácticamente yo las tengo filmadas con mi cámara Súper 8", dijo Barrionuevo.
CIRCO ROMANO
Los Juegos de Múnich siguieron pese a la muerte de los 11 atletas israelíes, cinco terroristas y un policía alemán.
"El famoso circo romano debía continuar a pesar de que había gente muerta, deportistas, compañeros nuestros. Creo que si hubiese sucedido hoy, jamás hubieran continuado los Juegos", expresó Barrionuevo.
""Cuando me mencionan este tipo de cosas me siento incómodo, con cierta angustia porque de alguna manera fui cómplice de continuar participando", agregó.
A pocos días del inicio de los Juegos de Londres, Barrionuevo destacó que la seguridad en la capital británica será extrema.
""Se ven cámaras por todos lados, los controles van a ser muy estrictos, pero mucho más disimulado para que la gente y los deportistas se sientan cómodos y realmente disfrutando de un espectáculo deportivo", finalizó.