ASUNCION (Reuters/EP) - El futbolista Salvador Cabañas no pudo reconocer el rostro de su agresor pero pidió justicia en su caso, tras declarar el lunes ante un juez en Paraguay sobre el incidente en el que recibió un disparo en la cabeza en un bar de México.
Cabañas, que jugaba en la selección paraguaya y para el club América, recibió el disparo que lo tuvo al borde de la muerte, aparentemente tras una discusión sobre fútbol en el baño del bar de la capital mexicana a finales de enero.
El jugador fue citado el lunes para dar testimonio ante un magistrado paraguayo en respuesta a un pedido de la procuraduría de la Ciudad de México, que lleva el caso y envió un cuestionario y representantes a la audiencia.
"El sólo hizo manifestaciones con recuerdos vagos de sitios y lugares pero concretamente no ha reconocido a las personas", dijo a periodistas el juez Pedro Mayor Martínez, una vez finalizada la declaración que se extendió por unas dos horas.
Martínez dijo que el futbolista tampoco pudo precisar el motivo de la agresión. "El solicita que se investigue, que se haga todo lo que tenga que hacer y el que fuera encontrado responsable por supuesto que sea también sancionado", agregó.
Las autoridades mexicanas todavía no capturaron a José Jorge "JJ" Balderas, supuesto autor del disparo, aunque sí detuvo a su acompañante.
Cabañas llegó temprano a la sede del Poder Judicial en Asunción y con una sonrisa en el rostro avanzó lentamente por los estrechos pasillos hasta el despacho del juez, rodeado de periodistas que intentaban tomarle una foto o sacarle alguna palabra.
La esposa de Cabañas, María Lorgia Mena, y su cuñado Amancio Rojas, quienes estaban junto a él en la discoteca, fueron también citados para declarar por el intento de homicidio, en tanto el futbolista también fue indagado en otro expediente vinculado al crimen organizado.
Cabañas, quien se veía delgado, estuvo hospitalizado en la capital mexicana más de un mes y luego se trasladó a Argentina para un tratamiento de rehabilitación que actualmente es ambulatorio. El futbolista viaja con frecuencia a Paraguay, donde viven sus padres.
Balderas supuestamente trabaja para el narcotraficante Edgar "la Barbie" Valdez Villarreal, uno de los hombres más buscados por México y Estados Unidos y señalado como uno de los responsables de la ola de violencia que afecta a ese país.
Cabañas fue sometido a una intervención tras el ataque pero la bala continúa alojada en su cabeza y los profesionales han dicho que su recuperación, que fue asombrosa, puede llevar todavía un buen tiempo.