Por Andrew Downie
SALVADOR, 21 Jun. (Reuters/EP) -
- Las primeras conclusiones de la Copa Confederaciones son que los aficionados brasileños pueden ayudar, más que desanimar, a su selección de fútbol, que las noticias sobre el final de España eran prematuras y que el calor va a ser inclemente con todos en el Mundial del año que viene.
Brasil -clasificado a semifinales, igual que Italia-, llegó al torneo con dudas sobre si los jóvenes pupilos de Luiz Felipe Scolari tendrían lo que hay que tener para derrotar a los mejores.
Pero hasta ahora han causado una buena impresión sin exigirse al máximo, derrotando 3-0 a Japón y 2-0 a México en el Grupo A. El sábado enfrentarán a Italia en Salvador para ver quién ocupa la primera plaza.
Lo más crucial es que sus volubles aficionados han decidido apoyarlos unánimemente, ignorando la protesta política en el exterior de los estadios y animando a los futbolistas tanto en Brasilia como en Fortaleza.
"Lo que más nos ha sorprendido es el apoyo que hemos recibido de los aficionados", dijo el delantero Fred en FIFA.com.
"Obviamente, todo eso depende de cómo lo hagamos sobre el campo, pero esperamos seguir ganando para poder mantener la racha, y lo más importante, para mantener a los aficionados de nuestro lado", agregó.
Y es que no siempre ha sido así, sobre todo en Río de Janeiro y Sao Paulo, donde el público puede perder la paciencia incluso antes del descanso.
El otro gran factor hasta ahora ha sido el impresionante inicio del campeón del mundo y de Europa, España.
Barcelona y Real Madrid -donde juegan 10 de los 11 titulares en el triunfo del debut ante Uruguay- fueron eliminados de las semifinales de la Liga de Campeones por equipos alemanes, lo que llevó a muchos a preguntarse si la era del dominio español había acabado.
Pero la "Roja" respondió con contundencia, superando claramente a Uruguay en uno de sus mejores despliegues de clase.
Sólo las falencias a la hora de anotar y un brillante gol de Luis Suárez dejaron el marcador en una respetable derrota por 2-1 para los campeones de la Copa América.
El seleccionador uruguayo, Oscar Tabárez, reconoció el claro dominio español, pero se unió a otros entrenadores que han pedido más días de descanso entre los partidos.
La temperatura y la humedad han sido muy elevadas en algunas sedes, sobre todo para los partidos de la tarde, que han comenzado a las 16:00 hora local (1900 GMT), y Tabárez dijo que sus jugadores tuvieron problemas después de caer con España y vencer a Nigeria en cuatro días.
"Creo que todo los jugadores que acaban de terminar la temporada en Europa quizá no estén en la mejor forma para disputar un torneo de alto nivel", afirmó. "Estos chicos están en buena forma física, pero el cansancio sigue, y marca a los jugadores".
Italia y España también se han quejado del calor, pero las condiciones serán aún peores el año que viene, puesto que algunos partidos se diputarán a las 13:00 hora local, en sedes tropicales como Recife y Fortaleza.
A pesar del cansancio, la Copa ha sido un festival de goles, con una media de 4,75 en los primeros ocho partidos, aunque sea con la ayuda de Tahití, la modesta isla del Pacífico que ha sufrido 16 goles en dos derrotas.
Otras selecciones han disfrutado de la simple experiencia de estar en Brasil.
"Los campos están genial, el ambiente es fantástico", dijo el seleccionador de Nigeria, Stephen Keshi, tras caer con Uruguay.
"Es una buena experiencia, y simplemente espero que toda la experiencia tanto dentro como fuera del terreno de juego (sea útil) y que podamos estar aquí el año que viene en el Mundial".
(Traducido en la Redacción de Madrid. Editado por Javier Leira)