MADRID 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
La abogada del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales, Olga Tubau, ha asegurado este jueves que ha quedado "acreditado" en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional que la jugadora Jennifer Hermoso dio su "consentimiento" para el beso, por lo que ha pedido una sentencia absolutoria.
Así se ha expresado durante su informe final en el juicio por el que Rubiales se enfrenta a dos años y seis meses de cárcel y según Tubau, hay dos pruebas que "acreditan" que Jenni Hermoso "dio su consentimiento". La primera, ha explicado, es un vídeo en directo emitido en Instagram desde el vestuario, en el que puede verse cómo la jugadora con una expresión "de máxima alegría, bebiendo champán" y supuestamente viendo en el teléfono las imágenes del beso.
"Alguien pregunta: '¿Quién te ha besado?'. Y ella contesta: '¡Eh! Pero no me ha gustado'", ha recordado Tubau, que ha señalado que, inmediatamente, la jugadora añadió: "Pues vale". Según la abogada, esa respuesta venía a una pregunta, que habría sido pronunciada por su compañera Laia Codina, y que le habría cuestionado sobre qué le habría dicho a Rubiales cuando éste le pidió "un besito".
Según la abogada, Hermoso estaba en ese momento con "buen humor, alegría y cierta euforia". "Puede no haberle gustado el propio contacto físico, puede no haberle gustado la repercusión que de forma inmediata tuvo en los medios de comunicación y en el resto del mundo dado a posteriori del otorgamiento del consentimiento, pero eso no invalida el consentimiento", ha sostenido.
La segunda prueba, según la defensa de Rubiales, es la pericial propuesta por su parte consistente en la lectura de los labios del expresidente en los instantes previos al beso. Según el perito que compareció en sede judicial, el que fuera máximo dirigente de la RFEF preguntó a la jugadora: "¿Te puedo dar un besito?".
Tubau ha criticado los argumentos de la defensa, basados en señalar que cuando Rubiales pidió darle un beso la jugadora podía pensar que se refería a que se lo daría en la mejilla. "Mire señoría, nadie en nuestro país, en un país mediterráneo con los usos sociales de nuestro entorno, pide un beso para darlo en la mejilla. Esto quizás ocurrirá en Japón, donde se ha vetado prácticamente cualquier contacto físico", ha argumentado.