Actualizado 28/06/2009 03:20

FUTBOL-Sudáfrica 2010, ¿el Mundial de la unidad racial?

Por Barry Moody

LONDRES (Reuters/EP) - Más allá de la preocupación respecto de si será exitoso el Mundial de fútbol de Sudáfrica que se realizará el próximo año hay un asunto más profundo: ¿Podrá traer este torneo mayor unidad racial tras 15 años del término del apartheid?

Los organizadores del evento deportivo, el mayor que se haya realizado en Africa, esperan tener un momento similar a la legendaria aparición de Nelson Mandela con una camiseta de los 'Springbok' cuando Sudáfrica ganó la Copa del Mundo de rugby en 1995 en Johanesburgo.

El gesto fue considerado un símbolo de la unidad nacional en un deporte jugado tradicionalmente por blancos, y tuvo un impacto duradero para apaciguar los temores un año después de que comenzara a gobernar la mayoría negra.

Desde entonces, Sudáfrica ha recorrido un largo camino, pero la desconfianza y las tensiones persisten entre las razas, por lo que un éxito de la competencia más vista del mundo podría marcar un nuevo hito.

"La Copa del Mundo de Rugby de 1995 ayudó a dejar a Sudáfrica como una nación multirracial. El Mundial de la FIFA 2010 mostrará que la nación ya es mayor de edad", comenta a Reuters Danny Jordaan, director ejecutivo de la organización del evento.

Jordaan sostiene que la Copa Confederaciones, considerada como un ensayo general para el próximo año, ya ha demostrado "la capacidad que tiene el fútbol para unir la brecha que existe entre las diferentes razas".

"Creo que el Mundial de la FIFA tendrá un efecto aún mayor", agrega.

Jordaan no es el único que confía en las posibilidades del torneo, cuya esperanza es lograr un impacto importante en los hogares y disminuir las divisiones y la incomprensión. Esto se traduciría en la entrada de blancos en un deporte tradicionalmente jugado por negros en Sudáfrica.

"Una persona puede ser un afrikáner blanco y de extrema derecha y sentir un inmenso orgullo al ver que su país es anfitrión de lo que es la fiesta deportiva más grande del mundo", dijo Richard Maguire, editor de la revista Kick-Off, especializada en fútbol.

"Definitivamente creo que la Copa del Mundo tendrá un impacto en la unión de las personas y en el desarrollo de un orgullo nacional", agrega Maguire.

ADVERTENCIAS

Si bien existe un amplio optimismo y emoción, los analistas advierten de que el impacto no debe ser sobrestimado.

Realmente, la única manera de lograr una mayor unidad entre sudafricanos es poniendo fin a la cruda desigualdad de la riqueza, una de las principales razones de que exista en Sudáfrica una de las peores tasas delictivas del mundo.

"Uno puede sentirse bien en un estadio, pero todo esto no importa un lunes por la mañana, cuando se llueve una choza cubierta con pedazos de plástico", dice Maguire.

"Hay duras realidades que ningún Mundial va a llevarse", añade.

Ebrahim Fakir, analista del Instituto Electoral de Sudáfrica, asegura que la final de rugby de 1995 se produjo en un singular contexto, tras el reciente final del apartheid y el enorme carisma de Mandela.

Pero gran parte de esos efectos transitorios disminuyeron y Mandela ya se retiró de la política activa.

Fakir dice que la Copa del Mundo podría tener algún efecto unificador, pero advierte de que éste puede ser "demasiado efímero, como lo ha sido en el pasado".

"Puede servir para tratar algunas cosas simbólicas de las relaciones sociales, pero no para todo. Se requiere un cambio de actitud y cambio material en la distribución de la riqueza", explica.

"Hacer frente a la desigualdad estructural es una cuestión diferente. No creo que (el torneo) lo haga", agrega.

El Mundial ha impulsado la actividad económica. El sector de la construcción, que conlleva el transporte de carreteras, de ferrocarriles y de estadios, es una rara luz brillante en medio de la primera recesión en casi dos décadas en la mayor economía de Africa.

Se espera que el naciente turismo reciba un estímulo por la competencia, con estimaciones que aseguran que llegarán a Sudáfrica cerca de medio millón de aficionados atraídos por los precios relativamente bajos y el afán de combinar el fútbol con un safari o paseos a la playa.

Una diferencia con 1995 es que los 'Springboks' ganaron en rugby en Sudáfrica, pero es probable que el equipo de fútbol, apodado Bafana Bafana (los muchachos), luche por hacer un digno papel en el Mundial.

"El torneo perderá algo si los Bafana Bafana tiene un mal resultado y va a ganar muchísimo si lo hacen bien", dijo Maguire.

"Pero no creo que de esto dependa el éxito o el fracaso del torneo", añade.

Incluso, si los blancos se vuelven en Sudáfrica fanáticos del fútbol, estimulados por la fiebre mundialista, su entusiasmo podría ser difícil de mantener por mucho tiempo debido a la mediocre calidad del fútbol local.

En Sudáfrica, los blancos prefieren ver por televisión el fútbol internacional que seguir la liga local.

Y a pesar de que ha sorprendido el entusiasmo de algunos hinchas blancos en la Copa Confederaciones, otros siguen estando escépticos sobre lo que sucederá en 2010.

"No estoy seguro de que la Copa del Mundo podrá reconciliar a la sociedad en una suerte de arco iris (...) La gente negra verá la Copa del Mundo en bares; los blancos lo harán en los salones de sus casas", dice Felicity Davis, un analista financiero.

"Si ganamos el Mundial diré 'sí, bien hecho", pero no voy a andar tocando la bocina de mi automóvil toda la noche. Dejo esto a los libaneses", dice en un bar de Bloemfontein Michael Du Plessis, un carpintero jubilado de 62 años y admirador de los 'Springbok'.

(Por Barry Moody. Reporte adicional de Mike Collett. Editado en español por Javier López de Lérida)