MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Real Sociedad tendrá un complicado grupo en su retorno diez años después a la fase de grupos de la Liga de Campeones 2023-24, ya que quedó encuadrado en un complejo Grupo D, con el Inter de Milán, actual subcampeón, y el Benfica como principales amenazas, y un RB Salzburgo que no suele dar facilidades.
El Inter de Simone Inzaghi, primer rival de los realistas, tratará de volver a ser protagonista esta campaña, después de sorprender en la anterior en la que, aprovechando un cuadro más 'asequible', se plantó en la final y le compitió hasta el final al todopoderoso Manchester City inglés, cayendo por un solitario 1-0.
El conjunto 'neroazzurro', que primero solventó un grupo inicial con el Bayern y el FC Barcelona, recuperó un brillo en Europa que intentará que siga teniendo fulgor para un equipo que puede presumir de ser tricampeón continental, aunque la última vez fue ya hace más de diez años (2010).
De momento, los de Simone Inzaghi han iniciado esta campaña a gran nivel en la Serie A, que lideran contando sus partidos por victorias y con el pasado fin de semana avasallando a su vecino Milan por 5-1 en el 'Derbi della Madonnina'. Pleno de puntos, 13 goles a favor y uno sólo en contra avalan su buen momento.
El Inter ha perdido al guardameta André Onana, fichado por el Manchester United, y al mediocentro Marco Brozovic, que se marchó a Arabia Saudí, jugadores vitales en su esquema y en su rendimiento del año pasado, aunque les ha sustituido bien respectivamente por el experimentado suizo Yann Sommer y el italiano Davide Fratessi, qué está llamado a liderar el centro del campo de la 'Azzurra'.
También apuntalaron la defensa con el francés Benjamin Pavard, una mejora sustancial a lo que había en la plantilla, mientras que mantiene a sus futbolistas claves como Nicol Barella, en el centro del campo, y los delanteros Lautaro Martínez, que ha arrancado entonado la temporada (5 goles), y Edin Dzeko, a los que ha añadido el francés Marcos Thuram para paliar la marcha de Romelu Lukaku.
DI MARÍA, LÍDER DEL BENFICA, EL SALZBURGO, LA JUVENTUD COMO EXPONENTE
El actual subcampeón se perfila como el rival a batir junto al siempre experimentado Benfica portugués. El equipo lisboeta se alzó con la pasada liga portuguesa y ahora intentará brillar en una Champions donde el año pasado alcanzó los cuartos de final.
Histórico doble campeón de Europa allá por los años 60, las 'Águilas' que sigue dirigiendo el ofensivo técnico alemán Roger Schmitd afrontan la campaña tras perder a dos de sus mejores futbolistas: el delantero portugués Gonalo Ramos, fichado por el PSG francés, y el lateral español Alejandro Grimaldo, una de las referencias de la plantilla benfiquista desde hace años y que se marchó al Bayer Leverkusen de Xabi Alonso.
Sin embargo cuenta con el retorno de Ángel Di María, quién, pese a tener 35 años, ya demostró en la Juventus que le queda fútbol en sus botas y que mejora una plantilla que además ha sumado al brasileño Arthur Cabral, que viene de hacerlo muy bien en la Fiorentina, y al joven portero ucraniano Anatoliy Trubin, que dejó muestras de su potencial en la pasada edición con el Shakhtar Donetsk. Atrás, una defensa férrea con una mezcla de juventud y veteranía, con el experimentado Nicolás Otamendi y el joven Antonio Silva como cabezas visibles.
El grupo lo completa un Red Bull Salzburgo que no se presentará como una 'cenicienta' y que puede crear problemas a cualquiera si no se le toma en serio. La siempre prolífica cantera del grupo propiedad de Red Bull tiene en el conjunto austriaco a su máximo exponente, de aquí salieron jugadores como Earling Haaland, Sadio Mané o Dominik Szoboszlai y ahora presenta una columna vertebral a la que se está sumando la generación que fue subcampeona de la Youth League en 2022, perdiendo la final ante precisamente el Benfica.
Gerhard Struber dirige un proyecto que ha sufrido de nuevo bajas muy importantes en este mercado como Noah Okafor, Benjamin Sesko y Nicolas Seiwald, dejando 56 millones en las arcas, que en lugar de suponer una inversión en fichajes, han supuesto un apogeo de los jóvenes, que son quienes marcan el devenir del conjunto.
La apuesta por el buen fútbol y la posesión sigue siendo la misma, pero la inexperiencia de los puntales del once y la falta de gol que pueden acusar tras la marcha de Sesko, convierten al Salzburgo en el equipo a priori más débil del grupo y cuya aspiración inicial será pelear por la tercera plaza.