BUENOS AIRES, 15 Jul. (Notimérica) -
Las polémicas declaraciones del capitán de la selección de Argentina, Lionel Messi, tras perder con Brasil las semifinales de la Copa América ha producido un enfrentamiento dialéctico entre el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y su homólogo argentino, Mauricio Macri.
Al finalizar el encuentro, Messi acusó a la Conmebol de "armar" la copa para que la ganara la 'canariha' y aseguró no querer ser parte de esa "corrupción".
"Nosotros no tenemos que ser parte de esta corrupción y de la falta de respeto que se hizo durante toda esta Copa", expresó el delantero argentino.
Estas palabras se hicieron eco por todo el mundo hasta provocar una conflicto entre dos líderes mundiales. Bolsonaro afirmó, sobre las quejas de Messi, que se trata de "un show de los jugadores de fútbol", según declaraciones al diario argentino 'Clarín'.
El jefe de Estado brasileño, un fanático del fútbol, asistió a la final de la Copa América e incluso se fotografió con los jugadores en el césped. Según algunas informaciones, se sospecha que fue su propio equipo de seguridad el que se encargó de inutilizar el VAR para que no se revisara dos posibles penaltis a favor del conjunto albiceleste.
Por su parte, Macri salió en defensa de las declaraciones del astro argentino y señaló que: "Me pareció extraño, entiendo claramente que los penales pueden haber sido penales".
"Soy un defensor incondicional de Messi y agradecido de que vista la camiseta argentina. Sin él no hubiéramos tenido esas finales (de varios torneos, entre ellos el Mundial 2014 en Brasil); hay que tener suerte a veces, a veces no se te da, me parece que es así... pasan estas cosas", finalizó.
A pesar de este conflicto futbolístico, Bolsonaro considera que Argentina y Brasil son países "hermanos" y que "la única rivalidad" con el país austral es en el fútbol.