Actualizado 21/06/2013 07:05

Un millón de personas marcha por las calles de Brasil

Por Paulo Prada y Jeferson Ribeiro


RIO DE JANEIRO, 21 Jun. (Reuters/EP) -

- Cerca de un millón de personas marcharon en todo Brasil el jueves, en una ola de protestas que comenzó hace más de una semana y sigue creciendo pese a que la demanda inicial de los manifestantes, una baja en la tarifa del transporte público, ha sido atendida por el Gobierno.

Las protestas tuvieron su primera víctima mortal en Ribeirao Preto, un municipio del estado de Sao Paulo. Las manifestaciones, que comenzaron en forma pacífica, se volvieron violentas el jueves en ciudades como Salvador, Río de Janeiro, Porto Alegre, Belen, Campinas y Brasilia.

La presidenta Dilma Rousseff convocó a una reunión de emergencia el viernes para tratar las protestas, dijo una fuente del Palacio de Gobierno. La creciente ola de protestas hizo que la mandataria cancele un viaje la próxima semana a Japón.

Sin inmutarse por la revocación de las alzas de las tarifas de transporte que encendieron las protestas y por las promesas de mejores servicios públicos, los manifestantes marcharon en cercanías de dos estadios donde se jugaron partidos de la Copa Confederaciones de fútbol y en lugares tan diversos como Manaos, capital del Amazonas, y la sureña ciudad de Florianópolis.

"Veinte centavos fue sólo el comienzo", se leía en pancartas que portaban muchos de los que convergían en la Avenida Paulista, principal arteria del centro de Sao Paulo, en referencia a la reducción en el pasaje de autobús. La policía informó que más de 100.000 personas marchaban por la avenida.

Si bien las protestas, que ya han ingresado en su segunda semana y son las más grandes que vive el país en 20 años, siguen siendo mayormente pacíficas, el creciente número de participantes hace que la tensión vaya creciendo respecto a las primeras manifestaciones.

En Brasilia, decenas de miles de personas marcharon alrededor de los modernos edificios que son sedes del Congreso y de la Corte Suprema de Justicia en la capital del país, y por momentos hubo algunos focos de incendio en las puertas del Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería.

Cerca de la ciudad de Río de Janeiro, la policía y los manifestantes se enfrentaron y al menos 35 personas resultaron heridas, después de un inicio tranquilo de la manifestación que congregó a unas 300.000 personas. Un vehículo de la emisora SBT fue incendiado por los manifestantes.

La Policía Militar informó el jueves que un joven de 20 murió al ser atropellado cuando participaba en una manifestación en Ribeirao Preto, un municipio del estado de Sao Paulo. Medios locales en todo el país han reportado cientos de heridos leves durante las protestas.

Tras un origen más acotado, los objetivos de las protestas se han ampliado para incluir altos impuestos, inflación, corrupción y los deficientes servicios públicos, desde hospitales y escuelas hasta caminos y fuerzas policiales.

Con un torneo internacional de fútbol como telón de fondo, las protestas también denuncian los más de 26.000 millones de dólares que saldrán de las arcas fiscales para pagar el Mundial del próximo año y los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016, dos eventos que buscan mostrar un Brasil desarrollado y moderno.

QUEJAS MÚLTIPLES

Tras las concesiones en las tarifas de transporte obtenidas el miércoles, los grupos de activistas difieren acerca de cuál debe ser su próxima prioridad. Pero las diferentes demandas de los manifestantes parecían avivar la intensidad de las protestas del jueves.

"¿Por qué protesto?", se preguntó Savina Santos, una empleada pública de 29 años en Sao Paulo. "Debería preguntarme por qué no protesto. Necesitamos una reforma política, una reforma fiscal, poner fin a la corrupción, mejores escuelas, mejor transporte. No estamos en condiciones para ser sede del Mundial de fútbol", agregó.

En el estadio Maracaná de Río de Janeiro, donde España goleó 10-0 a Tahití por la Copa Confederaciones, los hinchas corearon canciones de protesta y respaldaron las manifestaciones en la ciudad.

En Salvador, una ciudad norteña que también es sede de la Copa Confederaciones, los manifestantes chocaron con la policía, que lanzó gases lacrimógenos para dispersarlos.

La policía también usó gas lacrimógeno, gas pimienta y otros métodos para dispersar a los manifestantes en Río de Janeiro, Brasilia y otras ciudades. Efectivos antidisturbios usaron caballos, camiones y barricadas para ayudar a encauzar las marchas y proteger los edificios.

El malestar social aflora seis meses antes de un año electoral. Y después de casi una década de crecimiento económico que llevó a una mayor presencia del país en el escenario global, Brasil está entrando en un período de incertidumbre.

Un crecimiento económico menor al 1 por ciento en el 2012, sumado a una inflación anual del 6,5 por ciento y una pérdida de apetito por los activos brasileños de parte de los inversores internacionales, han empañado lo que se percibía como una era de bienestar para Brasil, una nación de casi 200 millones de habitantes.