Actualizado 02/07/2010 21:05

MUNDIAL-Artesanos Colombia fabrican réplicas Copa FIFA

Por Luis Jaime Acosta

RAQUIRA, Colombia (Reuters/EP) - El colombiano Henry Melo Rey amasa paciente y delicadamente con sus curtidas manos de artesano una arcilla amarilla ocre para obtener una fina mezcla, depositarla en un molde de yeso y producir una réplica en cerámica del Trofeo de la Copa Mundial de la FIFA.

Aunque Colombia no clasificó al Campeonato Mundial de Sudáfrica, el fútbol es el deporte más popular en este país sudamericano que sigue de cerca a través de la radio, la televisión y la prensa todas las incidencias del torneo.

El Trofeo de la Copa Mundial de la FIFA se ha convertido en el galardón deportivo más codiciado del planeta con un reconocimiento indiscutible por su universalidad, de acuerdo con expertos.

Melo, un aficionado al fútbol como la mayoría de los 44 millones de colombianos, decidió utilizar su talento de artesano y el de sus cuatro hermanos para fabricar réplicas en cerámica del Trofeo de la Copa Mundial de la FIFA, con gran aceptación y demanda por estos días en el país sudamericano.

"Esta idea surgió hace cuatro años, en el Mundial de Alemania 2006, con mi hermano William tuvimos la idea, la iniciativa de hacer esta Copa Mundo en vista de que es un trofeo poco alcanzable", dijo el artesano de 34 años en su taller en las afueras de Ráquira, pueblo enclavado en medio de montañas verdes del departamento de Boyacá, en el centro de Colombia.

"Este trofeo únicamente lo pueden tocar y tienen acceso sólo los campeones, quienes tienen el orgullo de ganarse el trofeo del máximo evento a nivel mundial, entonces dijimos por qué no hacer una réplica en arcilla para que todo aficionado tenga una en su hogar", explicó.

Henry Melo y sus hermanos se documentaron a través de internet para ver fotografías, obtener información y elaborar las réplicas de la Copa de la FIFA.

El auténtico Trofeo de la Copa Mundial de la FIFA, elaborado en oro de 18 quilates, tiene 36,8 centímetros de altura y 6,175 gramos de peso. La base está decorada con dos anillos de malaquita, una piedra semipreciosa y en la cara inferior aparecen grabados los años y los nombres de todos los campeones desde 1974.

La FIFA encargó a principios de la década de 1970 el diseño y elaboración de un trofeo para remplazar la antigua Copa Jules Rimet y premiar al campeón del mundial de 1974.

Artistas de siete países presentaron 53 diseños, pero fue elegida la obra del italiano Silvio Gazzaniga.

OBRA DE ARTE EN ARCILLA

Gazzaniga describió su obra así: "Las líneas surgen de la base que se elevan en espirales hasta encontrarse con el mundo. De estas excepcionales tensiones dinámicas que se producen en el cuerpo compacto de la escultura brotan las figuras de dos atletas en el momento culminante de la victoria".

La reglamentación establece que la posesión exclusiva del trofeo le pertenece a la FIFA lo que le impide a un país conquistar el derecho a conservarlo a perpetuidad.

Sin embargo, los ganadores reciben una réplica cubierta en oro para que la conserven a perpetuidad.

Las piezas fabricadas por los hermanos Melo Rey cuidan los más mínimos detalles, desde el color hasta el tamaño.

"Todas las medidas corresponden a la original, el tamaño en su altura, en su base, lo único que cambia es el peso debido a que la original es en oro macizo y la de nosotros es hueca con un grosor de entre seis y siete milímetros de arcilla", explicó Henry Melo en su rústico taller con piso de tierra y travesaños de madera que soportan un plástico que sirve de techo.

El proceso de elaboración de cada copa, desde el vaciado de la arcilla acuosa en el molde de yeso, la cocción en un horno de gas a 900 grados centígrados durante 14 horas, la pulida y la pintada, demora una semana.

Javier Melo Rey, miembro del grupo familiar de artesanos, reveló que en el diseño y elaboración del molde original tardaron más de una semana, hasta que lograron las medidas exactas y los trazados de la copa.

"Ha tenido una buena aceptación, antes han hecho falta manos para poder producir la copa porque a los gomosos (aficionados) del fútbol les encanta y es bueno tener un galardón de estos", afirmó Javier, de 32 años.

"Pensamos dentro de cuatro años sacar más y poder exportarlas, llevarlas a Brasil", explicó mientras otro de sus hermanos pintaba con un compresor una serie de copas secas y pulidas y una mujer trazaba con un pincel dos líneas verdes en la base para simular la decoración de malaquita.

Hasta el momento la familia de artesanos Melo Rey ha fabricado unas 700 copas que han vendido a seis dólares cada una y seguirán produciéndolas hasta que la demanda pare.

Además de las tiendas de este pueblo ubicado a tres horas en automóvil desde Bogotá, las copas se venden en almacenes de artesanías de Bogotá, Medellín y Cali en donde su precio de venta al público sube a entre 10 y 12 dólares.

La obra de los artesanos colombianos se suma a la de un grupo de joyeros de la ciudad de Bucaramanga que elaboró una colección de anillos como recuerdo del Mundial de Sudáfrica.