Publicado 05/07/2017 07:44

Nancy Silvestrini, la primera argentina en coronar un ochomil

Montañismo
PIXABAY

   BUENOS AIRES, 5 Jul. (Notimérica) -

   Nancy Noemí Silvestrini era una enamorada de la montaña. Conocedora de los peligros del alpinismo, entrenaba y entrenaba para embarcarse en una gran aventura: ser la primera mujer argentina en coronar un ochomil. Encontró la gloria y la muerte el mismo día, el 5 de julio de 2003, después de llegar a la undécima cumbre más alta de la Tierra, el Gasherbrum I.

   Natural de Mendoza, Silvertrini cursó estudios relacionados con la tecnología. Poco después sintió la llamada de la montaña, aprendiendo en la Escuela de Guías de Valentín Ugarte y llegando en nueve ocasiones al techo de América, el Aconcagua.

   La montañista realizó otras cumbres como el Pissis, el Sajama y el Huyana Potosí en Bolivia y el Tocllaraju en Perú. Sin embargo, buscaba una experiencia mayor, por lo que realizó un viaje a Pakistán, a la cordillera del Himalaya.

   Se despidió de su familia y de sus compañeros diciéndoles: "cuando vuelva voy a ser famosa". Y se embarcó hacia su última montaña. Ese 5 de julio de hace 14 años fue el día clave. Tras coronar el Gasherbrum I y haber hecho historia, la montaña reclamó a Silvestrini.

   Una fuerte tormenta sorprendió a la argentina y a su equipo. La alpinista resbaló dos veces, la última de ellas mortal, cayéndose por una grieta. Su cuerpo se quedó allí, en la undécima cumbre más alta del mundo, pero su conquista la elevó a los anales del montañismo nacional.

MUJERES MONTAÑISTAS

   Pese a que el alpinismo es una actividad relativamente moderna, también ha estado teñida de un fuerte machismo. La primera mujer a la que se le puede considerar profesionalmente montañista fue Marie Paradis. La francesa se convirtió en la primera en ascender el Montblac, la montaña europea más alta, en 1808.

   Destacan nombres como Lucy Walker o Annie Smith Peck, quien escaló el volcán Coropuna en Perú y colocó una bandera que rezaba: "Votos para la mujer". La polaca Wanda Rutkiewicz es considerada la mejor alpinista del siglo XX y la española Edurne Pasaban se convirtió en 2010 en la primera mujer en coronar los 14 ochomiles.

   En Iberoamérica cabe señalar a la mexicana Badía Bonilla, la quinta mujer del mundo en conquistar ocho de las 14 cimas más altas; Elsa Ávila (México), la primera latinoamericana que escaló el Everest en 1999; y la ecuatoriana Carla Pérez, que coronó la montaña más alta del mundo sin oxígeno en 2016.