Actualizado 19/01/2011 19:00

Paraguayo Cabañas espera justicia tras captura presunto agresor

ASUNCION (Reuters/EP) - El ex futbolista paraguayo Salvador Cabañas dijo que esperaba justicia al conocer la captura de su presunto agresor, pero no tiene pensado viajar a México hasta que solucione una deuda con el fisco que podría dejarlo entre rejas, dijo el miércoles su esposa.

Autoridades mexicanas capturaron el martes a José Jorge "JJ" Balderas, el hombre que presuntamente disparó a la cabeza del entonces goleador del club América y de la selección paraguaya de fútbol, luego de una discusión en el baño de un bar hace poco menos de un año.

"Ya nos habíamos olvidado un poco del tema de este señor. No tradujo ningún sentimiento (...) simplemente dijo que se haga justicia y nada más", dijo la esposa del ex jugador, María Lorgia Alonso, a la radioemisora paraguaya Monumental.

El ex futbolista debe impuestos a la autoridad fiscal mexicana, explicó su esposa, y agregó que Cabañas está dispuesto a colaborar con la justicia mexicana desde Paraguay, donde reside con su familia.

"Salvador no puede entrar en este momento a México por su problema fiscal y tenemos que ver eso. Todos sus representantes hicieron mal ese tema. Nadie se preocupó y por eso este problema. Todavía sigue pendiente el ejercicio fiscal 2007", dijo la mujer.

Cabañas declaró meses atrás en un juzgado de Asunción a pedido de las autoridades mexicanas y dijo que no recordaba a su agresor. Balderas, quien fue capturado por narcotráfico, dijo que fue su custodio quien disparó contra el jugador, que tuvo una asombrosa recuperación pese a que aún tiene el proyectil alojado en la cabeza.

"No me importa mucho lo que diga este señor. Obvio que va a decir barbaridades y cosas que no son ciertas pero eso ya pasó a segundo plano. Lo importante es que Salvador se está recuperando", dijo Alonso.

Cabañas le reclama al América el pago de salarios atrasados, así como gastos médicos, y denunció por estafa a su ex representante, José María González, quien se encuentra recluido en una cárcel de Paraguay. Su esposa afirmó meses atrás que la familia enfrentaba dificultades económicas.