Actualizado 20/06/2011 20:31

Violencia recrudece en estados de México sedes de Mundial Sub 17

MEXICO DF (Reuters/EP) - La violencia de los cárteles del narcotráfico recrudeció en los últimos días en estados de México que son sedes del Mundial de fútbol sub 17, aunque ningún seleccionado ha sido objeto de ataques directos.

En el occidental estado de Michoacán, cuya capital Morelia fue sede del partido inaugural entre México y Corea del Norte, 23 personas fueron asesinadas en distintos puntos del estado el fin de semana por disputas entre cárteles escindidos de la sanguinaria organización criminal de "La Familia".

Varios de los cuerpos, hallados en los límites con el estado de Jalisco, cuya capital Guadalajara también es sede mundialista, aparecieron con mensajes firmados por "Los Caballeros Templarios", ex integrantes de La Familia.

Los Caballeros Templarios están reaccionando a una supuesta alianza entre La Familia y los Zetas, una de las mayores bandas delictivas de México dedicadas no sólo al narcotráfico sino también a extorsiones y secuestros y fundada por desertores de cuerpos de élite del Ejército mexicano.

"Así nos lo permite pensar y determinar por las cartulinas que se han estado dejando en los diferentes eventos en los que se ha tenido que intervenir", dijo el procurador de Michoacán, Jesús Montejano, a la emisora W Radio.

En la norteña Monterrey, la ciudad más rica del país, la semana pasada dos escoltas del gobernador, Rodrigo Medina, fueron asesinados y sus cuerpos descuartizados dejados en plena vía pública, en una de las provocaciones más directas en contra de una autoridad en la región.

Monterrey, donde el sábado jugaron las selecciones de Argentina y Francia, así como Morelia y otras ciudades han visto reforzada su seguridad con policías locales y federales ante el incremento de la violencia. Hay vigilancia especial en los partidos y entrenamientos de los equipos.

Los futbolistas no han sufrido ataques de los cárteles pero sí se registraron denuncias de robo a las selecciones de Holanda y Corea del Norte, dijo el procurador Montejano.

Cerca de 40,000 personas han muerto desde diciembre del 2006, cuando el presidente Felipe Calderón decidió lanzar operativos frontales con policías y soldados contra los cárteles, que permanentemente se enfrentan por territorios y rutas para introducir drogas a Estados Unidos.