Publicado 05/09/2025 12:30

Bolivia.- Los guacamayos de barba azul son capaces de imitar, según un estudio del Instituto Max Planck y Loro Parque Fundación

Entrenamiento de guacamayos de barba azul en Loro Parque
Entrenamiento de guacamayos de barba azul en Loro Parque - LORO PARQUE FUNDACIÓN

SANTA CRUZ DE TENERIFE 5 Sep. (EUROPA PRESS) -

Los guacamayos de barba azul, una especie de loro en peligro crítico de extinción endémica de Bolivia, han demostrado ser capaces de imitar a terceros, un fenómeno que hasta ahora solo se había documentado en seres humanos y que consiste en que un observador aprende de la interacción entre dos individuos.

Así lo apunta un estudio pionero realizado por un equipo internacional de científicos del Instituto Max Planck de Cognición Animal, con sede en Loro Parque-Animal Embassy, y en colaboración con Loro Parque Fundación, que revela que los guacamayos aprenden a mostrar ciertos comportamientos inusuales demostrados por un congénere en respuesta a órdenes específicas de la mano humana sin ningún tipo de entrenamiento explícito.

Este hallazgo subraya la notable capacidad de los loros para aprender mediante la imitación, incluso como terceros.

El resultado plantea la posibilidad de que los loros muestren una comprensión de la equivalencia entre uno mismo y los demás y sean capaces de adoptar la perspectiva de terceros, detalla la fundación en una nota.

La bióloga Esha Haldar y sus colegas del grupo de investigación de cognición comparativa, con sede en el centro de investigación Max-Planck en Loro Parque, realizaron pruebas de imitación de terceros con guacamayos ingenuos --sin experiencia previa o conocimiento sobre el estímulo, que se iba a evaluar--.

En su estudio, ahora publicado en 'Scientific Reports', los investigadores testearon a un grupo de prueba ingenuo que observaba pasivamente a un demostrador de su misma especie que realizaba acciones intransitivas arbitrarias e inusuales, es decir, acciones sin un objetivo obvio y que no implicaban ningún objeto, en respuesta a órdenes gestuales específicas de los humanos.

Por ejemplo, observaron cómo otro loro levantaba una pata en respuesta a un dedo índice levantado.

Inmediatamente después, el observador recibía las mismas órdenes gestuales de una persona y era recompensado si mostraba la respuesta correcta.

De hecho, se evaluó de forma similar a un grupo de control igualmente ingenuo, sin recibir demostraciones de terceros.

El grupo de ingenuos aprendió más acciones objetivo en respuesta a las órdenes específicas y además las aprendió significativamente más rápido y las realizó con mayor precisión que el grupo de control.

Esto implica que esta especie de guacamayo es capaz de aprender observando las interacciones de sus congéneres sin interactuar directamente con ellos, es decir, mediante la imitación de terceros, resume la fundación.

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