Publicado 23/11/2020 14:34

Claudia Casarino elogia la distancia con un "ritual" de batas que "conjuran" para el fin de la pandemia

Claudia Casarino en el MuVIM
Claudia Casarino en el MuVIM - DIPUTACIÓN DE VALENCIA

VALNCIA, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -

Un "ritual" de batas azules y verdes entrelazadas "conjura" desde el cubo del MuVIM para el fin de la pandemia, en una propuesta artística de la artista paraguaya Claudia Casarino bajo el título 'Lo que nos mantiene vivos es la distancia'.

"Formas lacónicas, matices delicados y composiciones escuetas en forma de batas transparentes de color azul verdoso dispuestas por la artista de modo que las largas mangas de las prendas se enlazan entre sí como si de un ritual indígena se tratase", han explicado desde el centro expositivo en un comunicado.

Así, Casarino crea "ceremonias propiciatorias de mejores tiempos, danzas que mueven el cuerpo social y convocan su unidad". "Azules y verdes no por casualidad, estas son las tonalidades del uniforme empleado por médicos que buscan conjurar la pandemia con la fuerza de sus manos enlazadas tratando de restablecer el equilibrio amenazado y que dan forma a 'Lo que nos mantiene vivos es la distancia'", señalan desde el MuVIM.

La diputada del MuVIM, Glria Tello, ha destacado la trayectoria de la artista, con enfoques sobre cuestiones de género e identidad y con una reflexión sobre la situación actual y con la utilización de materiales vinculados a la historia de su país, con los que crea esculturas e instalaciones.

Ante la realidad de un mundo golpeado por la pandemia, el arte "no puede desentenderse, pero tampoco puede exponerlo directa y literalmente buscando la conmoción y el impacto". Casarino "opta por bajar la voz, reducir la carga visual de sus imágenes, ocupando el espacio con gestos mínimos como los que pueden observarse en su obra expuesta en el Cubo del MuVIM". "Pero el silencio del arte no es mudez, sino pausa activa, impulso de renovados significados", ha agregado.

CLAUDIA CASARINO

Claudia Casarino (Asunción, 1974) vive y trabaja en la capital paraguaya. Enfoca su trabajo en torno a cuestiones de género e identidad, recurriendo al lenguaje del vestido de manera constante.

La fotografía fue el primer medio de expresión de Casarino, si bien ésta es menos frecuente en su producción reciente. En la actualidad, la artista emplea prendas de vestir de tejidos, como el algodón o el tul, materiales vinculados a la historia de su país, con los que crea esculturas e instalaciones.

El algodón fue la principal materia prima de exportación en Paraguay durante todo el período colonial y poscolonial.