ZARAGOZA, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Cuatro activistas colombianos y saharauis han participado este jueves en la jornada sobre la defensa de los derechos humanos en ambos territorios desarrollada en la sede de CCOO Aragón promovida por las organizaciones Mundubat, UM Draiga, Internacionalistas y el Gobierno de Aragón.
El secretario general CCOO Aragón, Manuel Pina, ha sido el encargado de inaugurar esta actividad divulgativa, que se ha articulado en torno a la charla 'La defensa de los Derechos Humanos en Colombia y en el Sáhara Occidental', según ha informado el sindicato en una nota de prensa.
El abogado criminalista y defensor de los derechos humanos en Colombia, Santiago Salinas ha sido uno de lo participantes. Este jurista ha asumido desde hace tres años el cargo de asesor técnico de la Comisión Nacional de Derechos Humanos del Congreso de los Pueblos para defender a los líderes campesinos integrantes de esta organización.
La antropóloga colombiana María Fernanda Yath ha sido otra de las asistentes. Ferviente defensora de las mujeres y del colectivo LGBTIQ, Yath lucha activamente para el rescate de las culturas indígenas y afrodescendientes de su país. También es miembro activa de la Colectiva Queer Transfeminista CACICA, organización que denuncia a través de la cultura y el arte la homofobia y las transfobia, en la ciudad colombiana de Santa Marta.
El periodista Eliécer Cáceres es un comunicador social colombiano, centrado en la defensa de los derechos humanos de los indígenas y su vinculación ancestral con el territorio, que también ha tomado parte en esta jornada.
PROGRAMA DE ACOGIDA
Finalmente, la reportera de televisión Naziha El Khalidi ha sido la representante del pueblo saharaui. Nahiza fue la primera periodista que grabó las manifestaciones realizadas en las calles del Sáhara occidental.
Los cuatro forman parte del Programa de Acogida a Personas Defensoras de los Derechos Humanos, organizado por la ONG Mundubat, en colaboración con el Gobierno de Aragón. Se trata de una iniciativa dirigida a "proteger la vida y la integridad física" de las personas defensoras y, por otro lado, "sostener los procesos de defensa de los derechos humanos en los países de origen" a través de la articulación con movimientos, colectivos e instrucciones en el país de acogida para generar redes de apoyo a la labor de defensa a largo plazo.