Abren el turno de comparecencias en esta primera jornada, junto a varios amigos de la víctima y la hermana, que fue la que encontró el cuerpo
LUGO, 26 May. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Lugo ha acogido este lunes el arranque del juicio contra J.U.V.S., el joven de origen colombiano acusado de asesinar a Cristina Cabo en Lugo en 2022. Una primera sesión en la que la hermana y el cuñado del encausado, que fueron los que denunciaron al hombre ante la policía, se han refirmado en su declaración como autor de los hechos.
En este juicio, que se extenderá durante tres días, será un jurado popular el que tendrá que decidir si el hombre es culpable de asesinato o de homicidio, ya que cuando fue detenido confesó los hechos.
El caso ha sido presentado esta mañana ante el jurado por los tres actores del mismo, el ministerio fiscal, la acusación particular, que representa a la familia y la defensa. Cada uno de ellos ha persentado las líneas generales de su demanda a favor y en contra.
Así, la primera acutante ha sido la fiscal, que demanda para el autor confeso de los hechos un total de 30 años de cárcel, 25 por el delito de asesinato y 5 por el de robo con fuerza. La Fiscalía se ha ciñedo a los hechos ya conocidos, las 47 puñaladas que recibió Cristina Cabo, de las que solo una fue mortal, por lo que tardó mucho en morir, desangrada. Defiende la intencionalidad del acusado y el ensañamiento "por causar más dolor del necesario".
Más dura ha sido la intervención de la abogada de la acusación particular, que pide la misma pena, y que definido al J.U.V.S. como "un hombre violento, con intención de causar mal". Así, ha explicado que el acusado no presentaba ninguna herida, que era mucho más fuerte que la mujer y que no había trastorno mental "porque sabía perfectamente lo que hacía".
El planteamiento de la defensa, que ha molestado al numeroso público presente en la sala, ha sido el de "un hombre que creció bajo la violencia, adicto al alcohol y las drogas, que no salió aquella noche a matar, sino que se vio sorprendido por una amaneza, cuando Cristina sacó un cuchillo, y se bloqueó asustado".
La defensa reconoce los hechos, pero le añade "matices a la realidad" alegando defensa propia "porque fue Cristina quien sacó el cuchillo" y porque fue una enajenación mental transitoria, "al estar bajo los efectos del alcohol y las drogas". Esgrime también la atenuante de confesión, algo que la acusación rebate, ya que no confesó después de los hechos, sino una vez detenido y descubierto.
Los primeros testigos en declarar fueron la hermana y el cuñado del acusado, también colombianos y con los que vivía cuando sucedieron los hechos.
Ambos han reconocido que la noche de autos, el hombre apareció pasadas las 8,00 de la mañana con la ropa ensangrentada, asegurando que se había manchado cuando atendió a un hombre mayor que se había caído.
La hermana descubrió que el ordenador que tenía J.U.V.S., que él aseguraba "que lo había cogido en un mercadillo" tenía fotos de Cristina Cabo, que reconoció porque el caso se había hecho muy mediático.
Fue el matrimonio el que acudió a la Policía para denunciar el asesinato y, durante la sesión matinal, el debate se centró en un trabajo que le había salido en León al acusado por los mismos días para dilucidar si esto es cierto o realmente quería huir.
Por la tarde las declaraciones se han iniciado con la amiga con la que estuvo Cristina la noche de los hechos, antes de que conociera al acusado, en un pub. Fueron juntas al teatro y luego esta se marchó para casa. Recibió una llamada a las 8.44 de la mañana siguiente de Cristina, que no contestó porque dormía. Intentó comunicarse con ella más tarde, pero no recibió contestación, por lo que llamó a la hermana de la mujer, que fue la que la encontró muerta.
También lo ha hecho la hermana que encontró el cuerpo, ha defenido a Cristina como "una magnífica persona" y ha asegurado que colaboraba con cinco ongs, que no era violenta y si muy atractiva y sociable, por lo que descartó el hecho de que le ofreciera dinero al acusado por sexo. Durante su declaración, el público ha abandonado la sala, ya que se proyectaron fotos del lugar del crimen.
También han declarado varios amigos de la víctima, que siguieron aportando sobre el carácter abierto y amigable de Cristina Cabo.
Numerosos familiares están siguiendo el juicio en la Audiencia. La responsable de la Plataforma feminista de Lugo, Ana Torrón, amiga de la víctima, ha criticado la línea de la defensa en cuanto a la defensa propia y ha asegurado que "Cristina Cabo era una gran persona, solidaria y nadie se cree eso". En este sentido, ha pedido que la ley le aplique la máxima pena "para poder sacar a este hombre de las calles".
Treinta años de prisión es pena que el Fiscal solicita a J.U.V.S., autor confeso de la muerte de Cristina Cabo Buján, que será juzgado desde este lunes en la Audiencia provincial de Lugo por un jurado popular.
Son tres días de juicio, en jornadas de mañana y tarde, los previstos para este caso, que se centrará en dilucidar si el hombre, que confesó tras su detención, es culpable de asesinato o de homicidio, lo que implicaría una condena diferente. Junto a la acusación fiscal estará también la particular, que defiende la teoría del asesinato.
LOS HECHOS SE REMONTAN A 2022
Los hechos se remontan al 1 de diciembre de 2022, cuando el acusado conoció a la fallecida --una mujer muy conocida que regentaba una tienda de productos ecológicos en la calle Mallorca--, en un local nocturno del casco histórico, y luego la acompañó a casa.
En el escrito fiscal se defiende que sobre las 8.00 de la mañana, dos horas después de haber llegado al domicilio, "se produjo una discusión entre ellos durante la cual Cristina Cabo cogió un cuchillo de cocina pidiéndole que se marchara".
Según el escrito, el acusado "no hizo caso de la petición y le asestó con esa misma arma 47 puñaladas que provocaron un desangramiento lento y finalmente la muerte con gran sufrimiento". Mientras ella se desangraba, el hombre abandonó la casa tras sustraerle un ordenador y una bicicleta.
El cuerpo de Cristina fue encontrado al día siguiente por su hermana, que acudió al domicilio preocupada porque no contestaba al teléfono. Tras iniciarse la investigación, fue la hermana de JUVS la que lo delató, porque encontró entre las pertenencias del hombre, que vivía con ella, el ordenador. Tras ser detenido, confesó el crimen, pero achacó la agresión a una enajenación mental por el consumo de drogas y alcohol.
Para el Fiscal se unen dos delitos, el de asesinato con alevosía y ensañamiento, para el que pide 25 años, y el de robo con violencia e intimidación, que son 5 más. Además, reclama la indemnización por daños morales a la familia de la fallecida por valor de 230.000 euros.
Por su parte, la defensa reclama una pena de 15 años asegurando que no fue un crimen premeditado y que el hombre sufría un trastorno mental causado por el consumo de estupefacientes y alcohol y que actuó en legítima defensa.