Publicado 08/07/2020 19:38

El Salvador.- Un testigo tumba la tesis del excoronel Montano y le sitúa en la reunión en la que se ordenó matar a Ellacuría

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Un testigo tumba la tesis del excoronel Montano y le sitúa en la reunión en la q - Pool

El exteniente Mendoza, inicialmente acusado, afirma que se "simuló" la matanza para que pareciera que había sido la guerrilla

MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

El exteniente Yusshy René Mendoza ha desmentido este miércoles lo declarado por el excoronel salvadoreño Inocente Orlando Montano, único acusado del asesinato en 1989 Ignacio Ellacuría y otras cuatro personas, al afirmar ante el tribunal de la Audiencia Nacional que éste se encontraba en la reunión del Alto Mando de la Fuerza Armada y el Estado Mayor en la que se ordenó matar a los jesuitas.

Mendoza, que hasta que comenzó el juicio estaba acusado junto a Montano por estos hechos, ha declarado como testigo y ha constatado que el excoronel Guillermo Alfredo Benavides le trasladó "varias veces", sobre todo cuando estaban en prisión salvadoreña acusados por los asesinatos, que Montano estaba en una reunión en la que le habían dado "la orden de proceder a eliminar a Ellacuría".

El testigo ha explicado que, según le informó Benavides, la tarde del 15 de noviembre de 1989 había asistido a un encuentro que tuvo lugar en el edificio del Estado Mayor, con los responsables de este departamento, como el entonces jefe René Emilio Ponce y con los miembros del Alto Mando, entre los que se encuentra el exministro de Defensa Rafael Humberto Larios; el exviceministro de Defensa Juan Orlando Cepeda, y Montano como viceministro de Seguridad.

Casi todos ellos miembros de la conocida como 'La Tandona', promoción de militares "leales entre ellos" que habían ascendido al altos cargos militares y políticos, ha señalado Mendoza.

Ello contradice a lo afirmado por Montano en su declaración como acusado en la vista oral, en la que sólo respondió a las preguntas de su defensa. Aseguró que él no dio la orden de matar a los jesuitas, que "no tenía nada personal" contra el religioso vasco Ellacuría y que "no hubo nunca pretensiones de hacerle daño" a él o a la Iglesia o a la UCA.

También dijo que no estuvo en la reunión en la que supuestamente se ordenaron los asesinatos y que tampoco trató de encubrir los crímenes, ya que afirmó que fue él quien le aconsejó al presidente Alfredo Critiani que la investigación "se condujera con la ayuda internacional".

MEDIDAS DRÁSTICAS POR LA SITUACIÓN CRÍTICA

El asesinato de los jesuitas se produjo en un contexto de intensa polarización entre el Gobierno militar de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El testigo ha subrayado que, según el excoronel Benavides, en esa reunión se concluyó que la situación era "muy crítica y que para contrarrestar eso se había tomado decisiones de medidas mas drásticas para frenar el avance de la guerrilla".

Así, se decidió "eliminar todas las cabecillas guerrilleras", entre los que se incluyó a Ellacuría, quien era considerado como un "simpatizante o que apoyaba la ideología de la causa de la guerrilla".

Para llevar a cabo esta operación, se utilizó al batallón Atlacalt, que habría procedido anteriormente a registrar la Universidad Centroamericana (UCA), en la que se alojaban los jesuitas asesinados el 16 de noviembre de 1989, bajo la sospecha de que había guerrilleros dentro del campus.

Ello sirvió después para que los militares salvadoreños "simularan un enfrentamiento", ha afirmado el testigo, pues según ha señalado, Benavides encargó por un lado al teniente José Ricardo Espinosa que "no dejara testigos" y al segundo de la Escuela Militar, el coronel Camilo Hernández que hiciera "parecer que había sido la guerrilla quien había cometido el crimen".

De hecho, ha destacado que Benavides le confesó que estaba "en coordinación" con el coronel Manuel Antonio Rivas, a quién se le encargó la investigación de la masacre, para "irse anticipando a las investigaciones" y no se descubriera que el "batallón había cometido el asesinato". Por ello, se ordenó que se cambiaran los cañones de las armas que fueron utilizadas, ha añadido.

Preguntado sobre si se podía decir que Benavides era la persona que tomó la decisión de ejecutar al entonces rector de la UCA y cuatro jesuitas, Mendoza ha "descartado totalmente" esta posibilidad.

"OPERACIÓN COMPLETAMENTE AUTORIZADA"

"Fue una operación completamente autorizada, todo el mundo lo supo (...) Era ilógico pensar que podía darse ese tipo de desplazamiento u operaciones solo autorizado por Benavides", ha dicho. Ha añadido que "según la orden del coronel Benavides si no hubo contraorden fue porque el presidente debió aprobarlo".

Mendoza ha relatado cómo transcurrieron los hechos y ha apuntado que mientras él se encontraba en uno de los complejos habitacionales del campus universitario escuchó "disparos en el exterior" y pensó que "habían sido sorprendidos por guerrilleros y que había comenzado un enfrentamiento".

Tras precisar que él ni disparó ni vio disparos, ha recordado que vio "cuatro o cinco cuerpos tendidos" y que una vez finalizada la operación, Espinosa dio la orden de retirada. "En ese momento uno lanza una bengala y comienzan los disparos por todos los lados", ha agregado.

Ha concluido este relato diciendo que una vez llegaron a la Escuela Militar, Espinosa comunicó a Benavides que estaba "cumplida la misión" y que éste último insistió en saber si Ellacuría estaba en la UCA.

ENCUENTRO ENTRE LA MUJER DEL TESTIGO Y EL ACUSADO

Otros de los hechos que Mendoza ha narrado sobre Montano ha sido el que tuvo lugar cuando la mujer del testigo acudió a la oficina del que fuera viceministro de Seguridad porque estaba "muy preocupada por el paradero" de su marido, ya que no sabía que había sido detenido por su implicación en la matanza.

Según ha contado, su mujer, conocedora de lo ocurrido en la universidad por lo que le había contado su marido, recriminó a Montano que "cómo se les ocurrió mandar matar a los jesuitas". Tras ello, el excoronel la metió en su despacho y, tras sentarse detrás de su escritorio y poner las piernas encima, le pidió que no volviera a decir eso y le recordó: "estamos en tiempos de guerra y que a cualquiera le puede pasar algo, incluso a ti".

La declaración de René Yusshy Mendoza es clave en este juicio, pues tal y como confirma una carta del padre José María Tojeira, sacerdote jesuita que ejerció como rector de la UCA, es un testigo directo de sucedido hace ya más de 30 años. La misiva fue aportada por la defensa del exteniente, antes de que el tribunal de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le eximiera de cualquier responsabilidad por prescripción de los hechos.

Así, el excoronel salvadoreño Inocente Orlando Montano, es el único acusado en la vista oral, por la que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 150 años de cárcel, 30 años por cada uno de los cinco "asesinatos terroristas" de los religiosos españoles Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes Mozo, Amando López Quintana y Juan Ramón Moreno Pardo.

En la sesión de este miércoles también han comparecido los fiscales que llevaron el caso en El Salvador, quienes han denunciado que hubo obstáculos, incluso "amenazas" para que no se esclarecieran los hechos.