MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
El director de una emisora afgana fue asesinado el domingo en la capital del país, Kabul, por personas armadas no identificadas, sin que por el momento haya reclamación de la autoría, en medio del aumento de la violencia y ante los recientes avances territoriales de los talibán.
El organismo NAI-Supporting Open Media (ANI-SOMA), que defiende los derechos de los periodistas y la libertad de prensa en Afganistán, ha confirmado la muerte de Tofan Omeri, jefe de la emisora Ghag Radio, que opera en la provincia de Paktia.
Fuentes de seguridad citadas por la cadena de televisión afgana Ariana han indicado que Omeri fue asesinado junto a un fiscal de la cárcel de Bagram en un ataque en el distrito de Deh Sabz, sin que las autoridades afganas se hayan pronunciado hasta ahora.
El país atraviesa un grave aumento de la violencia a pesar de las conversaciones de paz entre el Gobierno y los talibán que arrancaron en septiembre de 2020 en la capital de Qatar, Doha, con los insurgentes logrando importantes avances territoriales durante las últimas semanas.
En este sentido, los talibán se hicieron el domingo con el control de la ciudad de Kunduz, la tercera capital de provincia que conquistan en menos de 72 horas, en una ofensiva que les ha llevado a registrar enormes avances en otras dos capitales de provincia: Sar-e-Pul y Taluqan, en Sar-e-Pul y Tajar, respectivamente.
Fuentes oficiales han señalado que las fuerzas de seguridad afganas han logrado expulsar a los talibán de dos distritos de Tajar tras una retirada de Taluqan, mientras que los combates continúan activos cerca de la capital de la provincia de Balj, Mazar-e-Sharif, según la cadena de televisión afgana Tolo TV.
El Ministerio de Defensa de Afganistán ha asegurado a primera hora de este lunes a través de su cuenta en la red social Twitter que las fuerzas de seguridad han matado a cerca de 580 supuestos talibán y han herido a más de 160 en los combates registrados durante las últimas 24 horas.
El conflicto en Afganistán causó la muerte de 1.659 civiles y dejó heridos a otros 3.524 en los primeros seis meses de 2021, según la Misión de Asistencia de la ONU en este país (UNAMA, por sus siglas en inglés), una cifra que supone un aumento del 47 por ciento respecto al primer semestre de 2020, revirtiendo la tendencia a la baja de los últimos cuatro años.
Los avances de los talibán, que se han hecho con zonas fronterizas con Pakistán, Tayikistán e Irán, han provocado el temor de que puedan aprovechar esta posición de fuerza en el proceso de paz, lanzado a raíz del acuerdo de paz firmado en febrero de 2020 entre los insurgentes y Estados Unidos, cuya cada vez menor presencia en suelo afgano ha animado al grupo insurgente a aumentar sus ataques.