Putin anunció el lunes el envío de apoyo militar a Tayikistán
MADRID, 29 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades instauradas por los talibán en Afganistán tras hacerse con el poder en agosto han asegurado que no existen amenazas que emanen del país hacia las naciones vecinas, ante las preocupaciones expresadas por el presidente ruso, Vladimir Putin, sobre la situación en Tayikistán.
Inamulá Samangani, uno de los portavoces de los talibán, ha resaltado que el grupo "ha garantizado la seguridad dentro de Afganistán" y ha agregado que "las fronteras de Afganistán también están bien protegidas".
Así, ha incidido en que las zonas fronterizas "están bajo vigilancia", al tiempo que ha subrayado que "los rumores sobre potenciales amenazas desde nuestras fronteras son infundados", según ha recogido la agencia afgana de noticias Jaama Press.
Putin trasladó el lunes su "inquietud" a su homólogo de Tayikistán, Emomali Rahmon, respeto a la situación de seguridad en la frontera tayika con Afganistán y anunció el envío de armamento y equipos militares a la zona para dar apoyo a Dusambé.
Por otra parte, el viceministro de Información afgano, Zabihulá Muyahid, ha expresado en una entrevista concedida a la agencia rusa de noticias Sputnik su deseo de que Moscú reconozca al nuevo Gobierno en el país y ha afirmado que "eso debería haberse hecho hace mucho tiempo".
"El momento actual favorece el inicio del proceso del reconocimiento. Ahora el pueblo de Afganistán necesita ayuda y asistencia. Deben hacerlo", ha apuntado Muyahid, quien es además otro de los portavoces del movimiento integrista afgano.
En este sentido, ha subrayado que "el Gobierno de Rusia es un Gobierno fuerte, que tiene una buena posición en la palestra mundial y que puede aprovechar esta posición para ayudar más a los afganos".
Muyahid ha desvelado además que los talibán planean nombrar a un embajador en Moscú. "Es un paso diplomático. Las embajadas y consulados son de gran importancia para las relaciones diplomáticos y cooperamos en ese ámbito", ha remachado.
Las relaciones entre la comunidad internacional y Afganistán no pasan por su mejor momento desde que a mediados de agosto los talibán irrumpieran en la capital, Kabul, para tomar el control de un país después de la huida del entonces presidente, Ashraf Ghani.
Desde entonces, la presión internacional ha congelado los activos de las autoridades afganas en el exterior y ha supeditado la ayuda humanitaria a la puesta en marcha de avances significativos por parte de los talibán en materia de inclusión y Derechos Humanos, en especial los relacionados con las mujeres y las niñas del país.