KABUL, 8 Dic. (DPA/EP) -
La última reunión mantenida este domingo entre las partes afectadas por la crisis originada en el recuento de las elecciones afganas del 28 de septiembre ha terminado sin acuerdo y vuelve a colocar al país en un limbo político a la espera de un resultado que se ha retrasado en varias ocasiones.
Ni la Comisión Electoral, ni los representantes de la Presidencia afgana, ni observadores ni partidos políticos han conseguido entenderse, tras cuatro horas de reunión retransmitida en directo, a la hora de resolver el problema que comportan unos 300.000 votos presuntamente fraudulentos.
El jefe del Ejecutivo afgano o primer ministro del país, Abdulá Abdulá, ha insistido en que la comisión debe aclarar de dónde proceden esos cientos miles de votos o de lo contrario deberá anularlos. El recuento inicial de la comisión sí que los tuvo en cuenta, lo que ha desembocado en el caos durante el conteo o, en el peor de los casos, acoso de los partidarios de Abdulá a los oficiales electorales.
Este domingo, la comisión se ha dado por vencida y se ha reconocido incapaz de determinar la autenticidad de los votos pero no ha proporcionado soluciones adicionales, ni nueva fecha para el anuncio de los resultados electorales.