Publicado 17/03/2021 13:22

Uno de los agentes implicados en la muerte de Javier Ordóñez en Colombia cambia su versión y se declara culpable

Archivo - Manifestación en Bogotá contra la violencia policial.
Archivo - Manifestación en Bogotá contra la violencia policial. - DANIEL GARZON HERAZO / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -

Juan Camilo Lloreda, uno de los agentes de la Policía de Colombia implicado en la muerte del abogado Javier Ordóñez el pasado 9 de septiembre, ha cambiado su versión y se ha declarado culpable, tras llegar a un preacuerdo con la Fiscalía.

En virtud del acuerdo, según ha recogido Caracol Radio, Lloreda, que lleva varios meses en la cárcel, estaría 20 años en prisión por los delitos de homicidio y tortura agravados. Además, tendrá que disculparse por la muerte de Ordóñez en público.

El abogado que representa a la familia de la víctima, Vadhir Gómez, ha aclarado que participaron en el proceso para llegar al preacuerdo y que están conformes con lo establecido. El preacuerdo se presentará el 13 de abril y la Justicia tendrá que decidir si darle el visto bueno. La investigación contra el otro agente de Policía vinculado, Harby Rodríguez, irá a juicio.

Lloreda y Rodríguez fueron destituidos e inhabilitados durante 20 años a finales de octubre, al haber sido hallados responsables disciplinarios de homicidio y abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto. Es la sanción más alta que puede emanar de la Procuraduría General de Colombia.

Ambos aparecen en un vídeo, difundido por redes sociales, en el que puede verse cómo someten a Ordóñez, aplicándole varias descargas con una pistola táser y a pesar de las súplicas de la víctima, que se encontraba en el suelo.

Investigadores de la Fiscalía colombiana han concluido que Ordóñez murió posteriormente como consecuencia de una paliza sufrida en el interior de un Comando de Acción Inmediata (CAI) de la Policía.

La muerte del abogado, de 42 años, desató jornadas de movilizaciones masivas en varias ciudades del país, que provocaron disturbios y enfrentamientos violentos con la Policía. Al menos una docena de personas murió, más de 300 resultaron heridos y se registraron un centenar de denuncias contra la labor de los agentes solo en Bogotá.