Publicado 01/12/2021 02:26

AI llama a repatriar a cerca de 27.000 menores recluidos en "condiciones atroces" en un campamento de detención de Siria

Archivo - Desplazados en el campamento de Al Hol, en Siria
Archivo - Desplazados en el campamento de Al Hol, en Siria - FDS - Archivo

MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

La organización Amnistía Internacional ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que repatríen a los cerca de 27.000 niños del campamento de detención de Al Hol, situado en el noreste de Siria, donde están recluidos en "condiciones atroces".

"Decenas de miles de niños de Siria, Irak y más de 60 países más han sido abandonados a la miseria, el trauma y la muerte simplemente porque sus gobiernos se niegan a asumir su responsabilidad y llevar a esos menores de regreso a un entorno seguro y protegido", ha denunciado la investigadora de Amnistía Internacional en Siria, Diana Semaan, quien ha afeado la "vergonzosa falta de voluntad" de las administraciones.

Así, Semaan ha exigido a los gobiernos que dejen de "incumplir sus obligaciones internacionales en materia de Derechos Humanos" y comiencen por dar garantías a los derecho a "la vida, la supervivencia y el desarrollo" de los niños, y proceda a "repatriarlos de carácter urgente".

Con el fin del conflicto armado con Estado Islámico en Siria, cerca de 60.000 personas de diversas nacionalidades fueron desplazados al campamento de detención de Al Hoq. Muchos de estas personas guardan afiliación con la organización terrorista, si bien muchos otros apenas tienen vínculos con esta, pues acudieron al campo huyendo del conflicto.

Las fuerzas kurdas sirias, conocidas como Asayish --encargadas del control del campamento de Al Hol-- detuvieron a menores en la sección del campo conocida como el 'anexo' y separada de la zona principal, separándolos así de sus madres y responsables de sus cuidados únicamente por sospechar una posible "radicalización" futura, lamenta el organismo.

Además, Asayish también desplaza a menores a centros de detención que describe como "centros de rehabilitación" situados fuera del campo de Al Hol y donde no se cumplen las garantías de acceso a alimentos, agua ni asistencia sanitaria, y donde enfermedades como la tuberculosis y la sarna están "generalizadas".

En este contexto, Amnistía Internacional ha recordado que la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño dispone que ningún niño debe ser privado de su libertad ilegal o arbitrariamente y que la detención de un menor tan solo puede ser empleada como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda.

Es por esto que Semaan ha instado a la administración siria y los gestores del campamento que deje en libertad "de forma inmediata" a todos los menores detenidos "arbitrariamente", y ha hecho un llamamiento a "cesar en la práctica de separarlos de sus familias" y logren reunirlos "lo antes posible".

RESTRICCIONES DE CIRCULACIÓN

Por otro lado, Amnistía Internacional ha puesto de manifiesto que las "graves restricciones de la circulación impuestas por la Administración Autónoma (del Norte y el Este de Siria) constituyen privación de libertad en la práctica". Según las personas con las que ha mantenido encuentros la propia organización, las mujeres y los niños no pueden salir del campo sin una autorización previa de la Asayish, que "rara vez se otorga".

Los alojados en el campamento tienen acceso limitado a oportunidades de empleo pues, aunque la Administración Autónoma sí permitió a las organizaciones humanitarias emplear a refugiados, recientemente ha suspendido esta decisión por motivos inciertos.

La falta de oportunidades de sustento para los adultos, unida al acceso insuficiente a la educación y a espacios seguros para los menores han provocado un aumento del trabajo infantil. Un informe reciente de la organización Save the Children ha puesto de manifiesto que sólo un 40 por ciento de la población del campamento de entre tres y 17 años recibía educación.

Durante los confinamientos por la COVID-19, los menores de Al Hol no pudieron proseguir su educación porque los centros de enseñanza del campamento cerraron y la falta de conexión a Internet y de teléfonos móviles impedía el aprendizaje en línea.

Además, a nivel de seguridad los datos no son más alentadores, pues en lo que va de año se han notificado 79 asesinatos, incluida la muerte a tiros de tres menores y la de otros catorce niños por otros incidentes.

"Estas condiciones deplorables han tenido importantes consecuencias para la salud mental, ya afectada, de los niños. Los donantes deben garantizar que las organizaciones humanitarias disponen de los fondos necesarios para proporcionar apoyo psicosocial a los menores de Al Hol y de otros campamentos del nordeste de Siria", ha zanjado Semaan.