Publicado 10/07/2021 12:17

Alemania.- Muere a los 96 años Esther Bejarano, cofundadora del comité internacional de supervivientes de Auschwitz

Archivo - 10 January 2021, Hamburg: Holocaust survivor Esther Bejarano sits in a wheelchair in front of the Hamburg Vaccination Center Hamburg where the 96-year-old has been vaccinated against coronavirus. Photo: Daniel Reinhardt/dpa
Archivo - 10 January 2021, Hamburg: Holocaust survivor Esther Bejarano sits in a wheelchair in front of the Hamburg Vaccination Center Hamburg where the 96-year-old has been vaccinated against coronavirus. Photo: Daniel Reinhardt/dpa - Daniel Reinhardt/dpa - Archivo


HAMBURGO, 10 Jul. (DPA/EP) -

La activista y superviviente del Holocausto alemana Esther Bejarano ha fallecido a los 96 años en Hamburgo, según ha anunciado el Comité Internacional de Auschwitz, que ella misma contribuyó a fundar.

Bejarano fue una de las últimas supervivientes de la orquesta de mujeres de Auschwitz. Emigró a Israel tras la Segunda Guerra Mundial pero regresó años después a Alemania y dedicó su vida a la lucha contra el fascismo.

Hasta muy avanzada edad continuó realizando presentaciones en escuelas junto con la banda de hip-hop "Microphone Mafia". "¿Quién actúa junto a una banda de raperos a la edad de 94 años?", se preguntaba riendo con orgullo en una entrevista hace dos años, convertida en una figura simbólica contra el olvido del horror nazi.

Bejarano nació en 1924 en Saarlouis, en el suroeste alemán, donde experimentó como judía el creciente antisemitismo ya durante su infancia.

Siendo una adolescente fue enviada primero a un campo de trabajos forzados en Brandeburgo, antes de ser deportada al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau en 1943.

Allí comenzó a tocar en la orquesta femenina del campo. A pesar de que nunca antes había tenido un acordeón en la mano, logró dominar el instrumento y así pudo salvar su vida. "Me dije a mí misma: 'Tengo que lograr hacerlo, de lo contrario moriré'", relataba.

Bejarano fue testigo, entre otros horrores, de la selección de víctimas que hacía el médico Josef Mengele para sus crueles experimentos y de cómo se enviaba a la gente cada mañana a las cámaras de gas. Todos los días contaba con ser la siguiente. "No había día en que uno no tuviera miedo. Fue terrible", recordaba.

Más tarde fue trasladada al campo de concentración de Ravensbrück (Brandeburgo). Cuando el Ejército Rojo se aproximó, los nazis la obligaron a participar en una de las llamadas Marchas de la Muerte, durante la cual finalmente logró escapar. Solo después del final de la guerra se enteró de la muerte de sus padres y de su hermana.

Su padre creyó hasta el final que "los alemanes no permitirían que Hitler permaneciera en el poder por mucho tiempo", y por ello le resultaba intolerable ver hoy "que la gente no recobra el sentido común y que no ha aprendido nada de aquella época".

La superviviente consideraba que una de las razones para ello es la falta de información acerca de las atrocidades cometidas por el nacionalsocialismo, y estaba convencida de que la mayoría de los criminales nazis pudo continuar con una vida normal tras la guerra.