Actualizado 22/02/2016 22:15

La amenaza de paro hace peligrar el inicio de las clases en Argentina

Huelga de profesores en Buenos Aires, Argentina
REUTERS

   BUENOS AIRES, 22 Feb. (Notimérica) -

   La incertidumbre sobre el inicio de las clases, previsto para dentro de una semana, reina en Argentina, donde el acuerdo de salarios que negociaban el presidente Mauricio Macri y los sindicatos se acabó desintegrando al final de la semana pasada.

   Al principio de la semana pasada, el Gobierno de Macri y los gremios de los docentes se acercaron a un acuerdo que contemplaba una fuerte subida --cercana al 40 por ciento-- a los sueldos más bajos, para dejar el sueldo básico en 8.500 pesos (unos 550 dólares), por encima del salario mínimo.

   La subida, que involucraría según el Gobierno a unos 55.000 docentes de 1,1 millones, también preveía otras mejoras con incrementos que superaban los 30 puntos, siempre para los escalones inferiores, informó 'Clarín'.

   El Gobierno pretendía que cada provincia aportara los 25 puntos del aumento y que el resto saliera de las arcas del Estado, pero al trascender que el Ejecutivo en realidad pretendía que las provincias aportaran cerca del 30 por ciento, los gobernadores plantearon su disgusto al presidente.

   "Algunos gremios quisieron agarrarse del cierre nacional para pedir más en sus provincias", advirtió a Clarín un alto funcionario de la Casa Rosada.

   Sin embargo, el representante de los maestros bonaerenses (SUTEBA), Roberto Baradel, indicó que si no comenzaban las clases era por "responsabilidad exclusiva del Gobierno nacional".

   Por su parte, el secretario general de la Unión de Trabajadores de la Educación, Eduardo López explicó: "El Gobierno rechazó su propia oferta. Un papelón. Vamos a hacer una presentación en el Ministerio de Trabajo para que nos convoque al diálogo".

   A una semana del inicio de las clases, de no solucionarse el problema, podría establecerse un paro en Buenos Aires --donde las negociaciones están siendo más difíciles--. La protesta podría estropear la imagen de Macri en la capital, donde como alcalde logró en los últimos años que comenzara el curso escolar sin inconvenientes; algo de lo que no pueden presumir otras provincias.