Publicado 11/11/2019 20:44

AMP.- Bolivia.- La segunda vicepresidenta del Senado, llamada a suceder a Morales, promete elecciones el 22 de enero

La comparecencia de los diputados del MAS de Morales es necesaria para avanzar en la resolución constitucional de la crisis

MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -

La segunda vicepresidenta del Senado de Bolivia, Jeanine Áñez, se ha declarado "dispuesta" a asumir la Presidencia del país de forma interina, con el "único objetivo" de convocar elecciones, proponiendo para ello el 22 de enero, después de que los altos cargos llamados a suceder a Evo Morales tras su dimisión también hayan renunciado dejando al país en una situación de acefalia política.

Morales dimitió el domingo y ahora, conforme a la Constitución, deberían sustituirlo de forma interina el vicepresidente, Álvaro García Linera, o los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados, Adriana Salvatierra y Víctor Borza, respectivamente, por este orden. Sin embargo, todos ellos han renunciado, lo que ha sumido a la nación andina en un vacío de poder.

"Lo que tenemos que hacer es esperar a que las renuncian lleguen, ponerlas en consideración y, a partir de ahí, se verá la sucesión constitucional. Por lo pronto, yo lo que voy a hacer, como corresponde, es asumir la Presidencia de la cámara de senadores", ha dicho Añez en declaraciones a la prensa local recogidas por el diario boliviano 'Los Tiempos'.

No obstante, ha subrayado que solo ocupará la vacante dejada por Morales si cuenta con "el acompañamiento de aquellos que llevaron adelante este movimiento por la libertad y la democracia. "Si no se dan las condiciones y no se puede, pues se verá otra vía", ha apuntado sin explicar cuál.

En el caso de que sea designada presidenta interina, Áñez ha prometido que asumirá el cargo "solamente para estar lo necesario para llamar a elecciones transparentes para que los bolivianos tengan la certidumbre de que su voto va a ser respetado".

"Ya hay un calendario", ha anunciado horas después, a su llegada a la Asamblea Legislativa. "Creo que la población grita por que el 22 de enero de 2020 tengamos un presidente electo y vamos a hacer los esfuerzos que sean posibles para que eso se consolide", ha precisado.

Tal y como ha explicado Áñez, para resolver esta situación de acefalia política, la Asamblea Legislativa debe reunirse con el fin de recibir las cartas de renuncia, aceptarlas y nombrar sustitutos.

Para que la sesión parlamentaria se considere válida y, por ende, las decisiones que tome, se debe dar un quórum, lo que hace imprescindible que tanto diputados y senadores opositores como del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) acudan a la cita en el Congreso.

El jefe en el Parlamento del MAS, Sergio Choque, ha informado este mismo lunes de que sus diputados y senadores están "dispuestos" a acudir a la Asamblea Legislativa, pero antes ha reclamado "amplias garantías" de seguridad para ellos y sus familias.

"Nosotros estamos coordinados con los movimientos cívicos. Las fuerzas del orden están prestas para protegerlos. Nuestra Policía, el Ejército, todos están de acuerdo con que esto se tiene que pacificar", ha aseverado Áñez, confiando en que "los colegas parlamentarios lo hagan por Bolivia".

Además, ha hecho un llamamiento a que "cese la violencia". "No importa de qué bando sea, no podemos estar maltratándonos. Les pido, por el amor de Dios, que cese la violencia, esta bandera significa la unidad", ha dicho, visiblemente emocionada.

CRISIS EN BOLIVIA

El origen de la crisis en Bolivia son las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre, en las que, según el candidato opositor Carlos Mesa, se produjo un "fraude gigantesco" para garantizar un cuarto mandato de Morales.

Tras una ola de protestas que derivó en enfrentamientos, bloqueos y saqueos, Morales accedió a que la Organización de Estados Americanos (OEA) hiciera una auditoría electoral que finalmente ha confirmado irregularidades.

En este contexto, el líder indígena aceptó celebrar nuevas elecciones pero insistió en mantenerse como candidato, tras lo cual tanto la Policía como las Fuerzas Armadas le sugirieron que dimitiera, algo que hizo poco después. Morales, así como algunos países latinoamericanos, ha denunciado un "golpe de Estado".